martes, 17 de octubre de 2023

 

‒Yo que tú daría media vuelta y me iría.

‒¿Por qué?

‒Porque no te va a gustar lo que te vas a encontrar.

‒Bah, bobadas, aquí dentro no hay nada más que moho y suciedad.

‒Hazme caso, aún estás en la puerta y puedes irte sin más. Si entras, es probable que lo que está ahí dentro no te deje salir.

‒¿Y qué es eso que, según tú, me voy a encontrar?

Una mano demacrada surgió de la nada, una uña como un garfio acarició su mejilla, un olor putrefacto llenó su nariz y la voz que le hablaba se volvió ronca y le susurró al oído:

‒Yo.




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