La figura encapuchada se acercó a la anciana sentada en la mecedora y, poniéndole la mano sobre el hombro, le espetó:
- Vamos, llegó la hora.
La anciana lo miró de hito en hito y, dejando sobre la mesa el vasito de chinchón que se estaba bebiendo. Le preguntó:
- ¿La hora de qué?
La negra figura, un tanto perpleja, respondió:
- Bueno… ya sabe… la hora…
- Ya, ya le he oído… la hora… Pero ¿Qué hora? ¿La de la merienda? ¿La de mi programa favorito? ¿La de ir a la compra?
El oscuro personaje dio un hondo suspiro de impotencia. Odiaba encontrarse con estas “dulces ancianitas”; a primera vista parecen muy frágiles: suelen ser pequeñas, delgadas, extremadamente pulcras y coquetas. Todas usan preciosos vestiditos floreados, todas llevan apretados moños y todas tienen el cabello inusualmente blanco (ni gris, ni amarillento, ni entrecano, no, ellas tienen el pelo blanco como la nieve). Pueden llegar a ser dulces hasta el empalago y encantadoras hasta el agobio. Pero toda esa frágil y amable apariencia esconde una voluntad férrea y un carácter de acero. Oh, sí, créanme, estas “dulces ancianitas” son unas auténticas arpías. Es de lo más normal que estas mujeres acaben por sobrevivir a todos sus compañeros de generación, pues llegan a sobrepasar el siglo de vida; y suelen conseguirlo con bastante facilidad y buena salud, no porque cuiden especialmente de ésta, no - beben chinchón, ron o vodka; fuman cigarrillos, puros o pipa e, incluso, algunas, mascan tabaco - sino porque están hechas de puro acero; porque son tozudas como mulas y porque, lamentablemente para la Muerte, disfrutan poniéndole las cosas difíciles.
La Parca se movió inquieta y, por fin, respondió con un suspiro:
- Vamos, señora, ya sabe: ha llegado la hora, su hora, su última hora. Sabe perfectamente de qué hablo y quién soy, así que no me haga perder el tiempo.
La señora puso su mejor carita de anciana desvalida. Se ajustó las gafas, juntó sus manos sobre su regazo y, sonriendo apaciblemente, respondió:
- Ay, hijo, pues igual debería saber quién eres pero… no caigo…. Tcs… esta cabeza mía ya no es lo que era ¿sabes? ¿Eres el nieto de la señora Nati? No, no, ese está mucho más gordo, no puede ser…
- Vamos, fíjese bien… La túnica, la capucha…. La guadaña… Los huesos… Hablo en negrita… Vamos, señora, deje ya de fingir, haga el favor que tengo mucho trabajo pendiente.
La diminuta abuelita frunció el ceño, abandonó su amable sonrisa y se enderezó en su mecedora, lo cual logró hacerla crecer varios centímetros. Cualquier rastro de cordialidad senil había desaparecido y ahora la Muerte tenía ante sí la esencia misma de la terquedad. La señora se cruzó de brazos, apretó los dientes postizos y, acabándose su copita de chinchón le dijo a la Señora de la Guadaña:
- Vale, está bien. Sé quién eres y, por supuesto, sé lo que quieres pero te aseguro que no me voy a mover de aquí hasta que yo quiera… si es que quiero. – Y, dicho esto, se sirvió otra copita y miró a la Muerte desafiante.
De nada le valían a la pobre Parca sus siglos de experiencia, cada vez que se topaba con una de éstas la historia se repetía.
La Encapuchada se pasó la huesuda mano por los oj… bueno, se pasó la mano por las “órbitas-vacías-donde-debían-estar-los-ojos”, volvió a suspirar, se sirvió un buen trago de chinchón y, dando un gran suspiro, se sentó en una butaca resignada a perder media tarde en lo que debería haber sido una sencilla tarea: llevarse una débil viejita al Más Allá. Podía hacerlo a la fuerza, por supuesto, por muy de acero inoxidable que fuera no dejaba de ser una anciana y él/ella era la Muerte pero ¿tienen ustedes alguna idea de lo que cuesta volver a poner en su sitio todos los huesos de una mano? No, era mejor pactar… aunque llevara más tiempo.
- A ver, señora, vamos a ahorrarnos tiempo ¿de acuerdo? Usted me va a proponer ahora algún tipo de trato para que no me la lleve, jugarnos su vida al ajedrez (no imagina que manía le tengo a esa película, señora…), al parchís o al twister pero le advierto desde ya que eso no funciona. Juguemos a lo que juguemos Yo voy a ganar así que no va a servirle de nada ¿Está claro? Tampoco puede ofrecerme intercambios de ningún tipo, va contra las reglas: cada uno a su tiempo. Se ponga como se ponga, no tiene escapatoria; su destino, como el de todos, es dejar este mundo así que ¿Por qué no hacemos esto de la forma más sencilla posible?
- No se preocupe, hijo (o hija), no pretendo librarme de mi destino, digamos que sólo quiero… retrasarlo un poco. Aún tengo muchos a quienes molestar. Ni imagina lo divertido que resulta sacar de quicio a mis nueras, yernos, hijos, nietos, etc… sólo le pido que me deje disfrutar un poco más y luego me iré con usted tranquilamente.
La Muerte miró detenidamente a la anciana de acero que tenía delante. Qué narices, en el fondo, le caían bien estas “dulces ancianitas”, resultaban la mar de interesantes. Estuvo meditando (y tomando chinchón) durante unos minutos; sopesó el trabajo que le daría llevársela a la fuerza, lo desagradable que resultaría, la de huesos que tendría que recomponerse… finalmente, le preguntó:
- ¿Y cuánto tiempo se supone que debo “prestarle”?
La abuela sonrió con satisfacción.
- Oh, poco, lo que tarde en tejer unos jerseys para mi familia…
- ¿Sólo? ¿Me lo promete?
- Se lo prometo… y yo siempre cumplo mis promesas.
- De acuerdo. Trato hecho.
Ambas alzaron sus vasos de chinchón y sellaron el trato con un brindis.
La Muerte se fue bastante satisfecha, pensando que, total, no podía tardarse mucho en tricotar unos jerseys y Él/Ella disponía de toda la eternidad.
Cuando la “dulce ancianita” se quedó sola, tomó su pipa, se echó hacia atrás en su mecedora y sonrió con aire muy ufano.
Al poco murmuró con una risita:
- Oh, vaya, me parece que olvidé comentarle que tengo diez hijos, unos treinta nietos y que he perdido la cuenta de los biznietos… Tchs… qué cabeza la mía. Pero, en fin, un trato es un trato ¿no?
Jajajajajaja, ¡qué brujilla más simpática estas hecha, otro día cuando te manifiestes, al menos avisa y nos tomamos un café....!
ResponderEliminarBueno, me he reido mucho y que puñetera eres.
Besicos
Me he partido cunado la Muerte dice:"La guadaña… Los huesos… Hablo en negrita…"
ResponderEliminarMe ha recordado a aquella Muerte de los Monty Python Ja Ja
Yo, de mayor, quiero ser viejecita.
Vaya, pues me temo que cuando a mí me llegue esa visita tendré que inventarme otro tipo de pacto. Un beso
ResponderEliminarjajajajaja..eso le pasa a la muerte por no hacer bien su trabaj si saberse el arbol genealógico de la gente ( quien va antes, quien va despues)
ResponderEliminary no se que me da..¿tu suegra no sera una linda ancianita de tapetitos por toda la casa, pelo blanco y "dulce" sonrisa no?
Menuda abuela!! no es la primera abuela picarona que me encuentro por tu blog.
ResponderEliminarHace tiempo vi un corto animado colgado en Youtube de una viejita que dormía en su mecedora, de repente entraba por la ventana la muerte, toda esquelética con unas extrañas alas... y cuando iba a envolverla con éstas para asfixiarla, la vieja se levanta y le hace un par de golpes de kung fu que la parca se largó para no perder ningún hueso.
HA HA HA HA HA!!!!! Menuda jugarreta de la ancianita nada tontita!!! Me hiciste reir mucho,
ResponderEliminarOjalá fuese tan fácil burlar a la muerte...
ResponderEliminarAunque ya se sabe lo que dicen: "La muerte está tan segura de atraparte que te da toda una vida de ventaja"
Besos!
Yo he conocido alguna de esas viejecitas, con chinchón incluído, y la verdad es que se las arreglaron para burlar a la muerte mucho tiempo. Me parece que nosotros ya no sabemos. Un beso.
ResponderEliminarHola! Si, "mas sabe la muerte por vieja, que por muerte" versión libre.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu relato, me he reido con la muerte. La imagino desesperada esperando, como si estuviera en la salita de espera de un dentista.
Dos cuentos donde aparece la muerte seguidos, ¿te estas volviendo un poco "gotica"?
Un besico, muac!
Como dice el dicho, el diablo sabe más por viejo que por diablo...
ResponderEliminarPicardía la de la ancianita.
Pero igual, quién quiere a la parca, salvo, como dijo otra chica en su blog, que vanga a buscarnos como Brad Pit.
hummm... ¿más lista que la muerte?...
ResponderEliminarMarea@
Jajajaja!!! Eso sí que es ser inteligente y lo demás tontería!!!
ResponderEliminarA ver si alguno de nosotros le podemos plantar cara así a la muerte...
Un besazooo
Nani: ¿Yo, bruja? ¿Yo, manifestarme... contra qué? :P No sé de qué me hablas ;D
ResponderEliminarKanif: Bueno, esperaba que alguien me dijera que le recordaba a la Muerte de Terry Pratchett, pero sí, es posible que también tenga un aire a la de los Monty :D
Miro: Hombre, pues sí, pero, vamos, prueba a decirle que quieres acabar los artículos sobre la receta del pastel de muertos, igual cuela ;)
Beatriz: Mujer, la pobre Muerte ya tiene bastante con ver a quién le toca "la vez" para, encima, andar en cuestiones genealógicas :D Ah, y no, mi suegra no es ninguna ancianita, en realidad, ni siquiera ha cumplido los sesenta así que... fallaste :D
Tesa: No, no es la primera abuela de éstas que aparecen por aquí; es que a mí me hacen mucha gracia y, de mayor, me encantaría ser una abuelita de éstas :D
Gitana: Es que hay abuelas que se las traen :D
erMoya: Bueno, no es fácil ni posible hacerlo pero, oye, mientras nos quedé la capacidad de reírnos de ella....
Susana: ¿Verdad que sí? Se las arreglan estupendamente y en serio que yo creo que es una pura cuestión de cabezonería :D
Cierzo: Mmmmm... el cuento anterior a este no era sobre la Muerte, era sobre la Esperanza y la Desesperación. Así que no, no me he vuelto gótica :)
Ana Ortiz: Bueno, si viene como Brad Pitt por mí, que venga a hacerme una visita... bueno, no, que tarde mucho tiempo que caray :D
Mare@: Mmmmm... bueno, la señora lo intenta :)
Acoolgirl: A mí me encantaría pero no creo que sea tan sencillo, no :)
Me ha encantado. Es un gustazo tu blog
ResponderEliminarjajajaja, madre mía, tiene rato ehhh, madre mía, le quedan unos cuantos años haciendo jerseys jajaja.
ResponderEliminarme ha molado eso de que la muerte 'habla en negrita' xDDDDd
Así es como es! hay que agarrarse a la vida con uñas y dientes, y si hace falta, con ovillos de lana también!
ResponderEliminarBesos faquetera!
Desde luego la abuelita era muy lista :D
ResponderEliminarBesos!!!
Mi abuelita es muy inocentona..
ResponderEliminarSeguro que le acababa tejiendo un jersey a la parca :D
d2: Pues... Gracias :)
ResponderEliminarcarmncitta: Bueno, yo diría que tiene para unos cuantos años (y como esa familia siga reproduciéndose ni te cuento...).
Zafferano: Y que usted lo diga y esta señora tiene los ovillos de lana bien sujetos :D
Señor Oscuro: Pero mucho ¿eh? ;)
Elena: Uf... inocentona... esas son las peores :D
:)))
ResponderEliminarQué guay, me encantaría que ese momento fuese negociable. Yo pediría irme acompañada,he pensado a menudo en esto...
Muchos besos, guapísima.
¡por fin vuelvo otra vez! Hija, tantas desapariciones me tienen descontrolá...
ResponderEliminar¡qué viejita más salá! Y la parca tan lista como es, mírala, al final acaba picando...si es que cualquiera le coge la vez a una ancianita que quiere conseguir algo...; son peligrosas...jajaja
Me encantó, pero claro, no es nuevo...
Besitos
jeje bonita historia! me ha gustado mucho cuando dice la muerte: hablo en negrita! jejeje. Si es que estas abuelitas se las saben todas!!!
ResponderEliminarUn beso!
http://alvear07.blogspot.com
Vaya con la abuelita...se las sabe todas jejejej.
ResponderEliminarVoy a sacar mi encaje de bolillos, por si acaso se le ocurre, a la parca venir a deshora, que tenga yo también una buena excusa con que despistarla.
Un beszoooo wapaaaaaa
P.D. a ver si te escribo un mail que tengo algo que consultarte
Sólo falta que la anciana se llame Penélope y la tienes tejiendo hasta el final de los tiempos XD
ResponderEliminarCoincido en eso de que "hablo en negrita" es un puntazo XDDDD
¿Cómo se te ocurren estas cosas? Está genial ^^
Con razón desconfío de las dulces ancianitas...
ResponderEliminarMuy bueno.
ResponderEliminarVale la pena llegar a la vejez siendo autosuficiente, pero cuando no es así..... un buen silbido para que la muerte te venga a buscar.
"Hablo en negrita" jajajaja me he reído un rato.
ResponderEliminarSí, sí, los ancianitos son muy majos, simpáticos y cucos...y además de molestar a sus hijos nietos y demás, también pueden hacerlo con chicas indefensas que fuman un cigarro... :P
Besotes.
Tamaruca: Yo también he pensado a menudo en eso... sobre todo después de leer Uno de Richard Bach (¿o era Puente al Infinito? Vaya, uno de los dos).
ResponderEliminarMariapahn: Uf, estás viejitas son de lo peorcito cuando se ponen tozudas... a mí me encantaría ser así Jajajajaja...
Alvear07: Se las saben todas... y más ;)
Ambrossia: Anda, qué buena excusa el encaje de bolillos, no sé yo si aprender a hacer de eso...
Victoria: Sí, sí, aquí todo el mundo se ríe de mi idea de la ancianita pero yo conocí a una que no se murió hasta que acabó de darle el último punto a su mortaja... así se las gastan algunas :D (El día que sepa cómo se me ocurren estas cosas te aviso que no tengo ni la menor idea :D)
Oscura: Desconfía, desconfía, es lo mejor que puedes hacer...
Julia: Este tipo de ancianitas, tampoco se empeñan en lo que no puede ser pero, vamos mientras tengan un poco de fuerzas, ellas, erre que erre...
Basileia: Jajajajajajaja... es verdad, había olvidado tu propia experiencia con la tercera edad :D
¿Le hará el mismo truco al inspector de hacienda???
ResponderEliminarNanny, desde que te leo... los viejitos me dan miedito (es que me soliviantas, hija).
Besazos.
Por eso desconfío de las ancianitas...me encanto, por acá en las cantinas cantamos una canción poco conocida que se llama "El Diablo y yo", puede ser que te guste después de leer este posteo, si no la consigues dime y te la envió
ResponderEliminarYaa me gustaria ser como esa abuela cuando me llegue a mi el dia jejejej
ResponderEliminarprecioso relato y lleno de imaginacion
Muy entretenido Nanny, me gusta.
ResponderEliminar¿La gente se aferra a la vida de una manera aunque esten fatal?, muchas veces pienso en eso y no lo entiendo mucho, si llego a viejo igual lo llego a comprender.
jijiji, me encanta :-)
ResponderEliminarLista, pero que muy lista la dulce ancianita... o_-
ResponderEliminarBesotessssssssssss