Nieva. Es diciembre y nieva. Me gusta la nieve.
Nieva. Los copos caen sobre mi cara fría.
Nieva y los recuerdos de otros inviernos acuden como un torrente: tardes de manta y peli, de chocolate con churros, de castañas asadas acurrucadas entre las manos. Noches de pijama de franela y edredón, de caldo de pollo, de radiador y estufa.
Nieva y yo cada vez estoy más helada.
Nieva sobre mi rostro, sobre mis manos, sobre mi cuerpo, sobre mis recuerdos.
Nieva sobre mi cuerpo destrozado junto al andén, mientras los coches y la vida pasan a mi lado y me dejan allí tirada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Yo ya he hablado demasiado, ahora te toca a ti...