Alzó la página del calendario y se quedó contemplando el nevado paisaje con el que se ilustraba el nuevo mes.
Bajo ella, en grandes letras rojas, el nombre: DICIEMBRE.
«Diciembre», pensó.
Y se quedó mirando la página un buen rato, dando tiempo a su cerebro para asimilar lo que eso significaba.
«Diciembre», reiteró en su mente, «Para cuando llegue enero todo habrá acabado».
Bajó la hoja que sostenía en alto y devolvió noviembre a su lugar.
Eso no iba a engañar al tiempo, pero quizás sí a su mente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Yo ya he hablado demasiado, ahora te toca a ti...