El olvido de la memoria
¿Por qué tan terca, tan fiel memoria me ha dado el cielo?
Jonás había decidido mudarse.
La nueva casa de madera estaba alejada de todo cuanto había conocido. Estaba convencido de que eso le permitiría escapar a sus recuerdos.
Pero, de momento, Jonás aún recordaba…
Hay quien se pasa la vida suspirando por tener una buena memoria. Hay quien se queja continuamente de su incapacidad de recordar datos, fechas, nombres, rostros o acontecimientos. La mayoría de la gente opina que no hay nada más horrible que perder la memoria. En cambio Jonás… Jonás suspiraba por el olvido.
Porque Jonás no olvidaba. Nunca. Nada.
Podía, como mucho, intentar ocultar un recuerdo bajo otros recuerdos, como quien oculta el polvo que barre bajo la alfombra, pero, ante el menor estímulo (un leve olor, un atisbo de color, el eco de un sonido lejano…) la memoria se ponía en marcha y Jonás recordaba.
Oh, sí, cuando era un niño, Jonás hacía las delicias de sus padres, abuelos y tías. Era el centro de atención de cada reunión familiar. Todos se maravillaban ante sus proezas memorísticas y Jonás se sentía especial.
Lástima que, entre los niños, el especial se suele transformar en el “bicho raro”.
De modo que el destino de Jonás en el colegio estuvo claro desde el preciso instante en que los demás se dieron cuenta de su don: se convirtió en el blanco de todas las burlas y pasó de las amables risas de su familia a la risa cruel de sus compañeros. Los niños no perdonan el pecado de la diferencia.
Con sus profesores las cosas no fueron mucho mejor. No les resultaba fácil aceptar que aquel mocoso los corrigiera y los atrapara en contradicciones.
Así las cosas, Jonás buscó refugio en los animales… y descubrió que, a su pesar, la naturaleza le había concedido otro “maravilloso don”: convertirse en el Testigo de la Muerte. Y la primera muerte a la que tuvo que asistir fue a la de su propio gato atropellado por un conductor distraído.
Luego siguieron más animales. Otros gatos, perros, pájaros de diversos tamaños, ratones, ratas...
Su madre (creyente ferviente) le repetía que Dios, que amaba incluso a la más pequeña de sus criaturas, le había concedido ese don para que hasta los animales más insignificantes tuvieran a alguien que nunca olvidara su despedida del mundo. Jonás fingía aceptar esta explicación por contentar a su madre y no disgustarla haciendo profesión de su ateísmo.
Siguió viendo morir animales: culebras, lagartos, lagartijas…
Y luego, a medida que iba creciendo, animales mayores: caballos, vacas, cerdos…
Y un día llegó el momento de ver morir a un ser humano.
El primero de una extensa lista.
La muerte llenaba la memoria de Jonás, lo acompañaba en la vigilia y lo perseguía hasta sus sueños.
Quería parar todo ese horror. Dejar de recordar. Dejar de ver.
Intentó tomar drogas pero no sirvió de nada. En cuanto pasaba el efecto, el recuerdo regresaba. No podía pasarse el día entero inmerso en el limbo de los estupefacientes.
Por eso Jonás decidió mudarse. Abandonar todo cuanto conocía.
Su nueva casa de madera estaba lejos de todo y de todos. Sin duda, allí podría olvidarlo todo.
Miró el cielo y las nubes que pasaban, sonrió al sol y aspiró con deleite el aroma de los pinos. Y se sintió feliz.
Al fin dejaría atrás los recuerdos.
Al fin olvidaría el día en que lanzó a su gato contra aquel coche. Olvidaría el rostro de su primera víctima humana, y el de todas las demás. Olvidaría el miedo que vio en sus ojos.
Olvidaría la culpabilidad que lo perseguía hasta sus sueños.
Olvidaría cómo las mataba y cómo disfrutaba con su dolor.
Por fin.
Jonás entró en su nueva casa y cerró la puerta.
Bajó sus ojos preparándose para el sueño, dando la bienvenida al olvido, dejándose arrullar por el rumor de la tierra que el volquete que había dejado preparado vertía sobre él, sepultándolo a dos metros bajo tierra.
Y, por fin, por vez primera en años, Jonás pudo descansar y olvidar.
Bueno, pues esta versión me parece, sin conocer el original, muy buena, esa sensación de desespero, el no poder olvidar , no se como decirlo en español, tal vez “hay bendiciones que resultan en maldiciones” (not every gift is a blessing) afortunadamente , creo yo contamos con la herramienta del olvido, solo hay que saber usarla con cuidado ya que hay olvido que hiere y olvido que alivia.
ResponderEliminarGracias por hacérmelo recordar.
p.s. pon la versión del husband y cúmplele el capricho de salir en tu blog
Hola!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el remake. Claro que no conozco el original.
Me ha encantado el cambio de niño inocente a psicopata. Escuche a un psicologo comentar, que somos tan listos que en la mayoria de las cosas solo almacenamos para siempre los recuerdos "buenos". Es como cuando acabamos una relación, cuando ha pasado tiempo y recuerdas, suelen aparecer las cosas buenas.
El tiempo pasa y los recuerdos son nuestra vida.
Dale la oportunidad al "husband", y me gustaria saber que opina del "remake" que ha hecho la "wife".
Un besico, muac!
Buaaahhh.... pedazo de historia!!!!
ResponderEliminarPor cierto, paradojico que uses como primera imagen el cuadro cuyo nombre significa exactamente lo contrario que el titulo de la historia.
Besos!!!
¡Madre mía, qué cosa más estremecedora! Está estupendo, pero creo que me gustan más tus historias de princesas. ¿Seré una cursi?
ResponderEliminarLa memoria selectiva cuando funciona nos hace favores o putadas, según nuestra necesidad. Afortunadamente los mecanismos de la memoria funcionan a su libre albedrío porque si no imagina lo que sería recordar aquellas cosas que nos duelen muy adentro de manera continuada. Si esporádicamente ya son dolorosos algunos recuerdos, no quiero ni pensar si nos acosaran en un non stop.
ResponderEliminarMe gustó la historia y por supuesto quiero conocer la del husband.
Besos
Impactante...¡me gusta!.
ResponderEliminarMe encanto tu relato, fue una versión grandiosa...
ResponderEliminarY bueno... Sería cosa de conocer el cuento original... Eso sí, dudo mucho que pueda ser mejor que lo leído
ResponderEliminarOye Nanny, ¿telecinco te ha contratado para hacerle la publicidad de la vuelta de "mentes criminales"? Cachis, cachis.
ResponderEliminarBueno, he quedado muy satisfecho de la versión que ha hecho Nanny de mi cuento. No quiero que publique el mio porque las comparaciones son odiosas, ademas yo soy consciente de quien escribe mejor en la familia :)
ResponderEliminarVaya familia de talentos tienes. Así la niña os va a salir un premio novel... Un beso
ResponderEliminarNo conozco la historia del husband... pero esta es brutal!!
ResponderEliminarEnhorabuena Nanny, qué final... no me lo esperaba para nada!!!
Un besazooo
jajajaja, después de leer tú remake pido la versión del husbaaand :P jijijijiji
ResponderEliminarpor cierto el final me ha encantado.
ResponderEliminarNecesito conocer el original para opinar. Aunque este, esta fantastico.
ResponderEliminarmmmm un asesino en serie. Me cuesta olvidar como a Jonás. Mira que al principio me identifiqué con él pero el golpe de efecto "criminal" me pilló por sorpresa. Yo discrepo de Kotinussa y prefiero estos relatos a las historias de princesas. Aquí es cuando demuestras tu calidad y no en las otras. Un bico.
ResponderEliminaruyuyuyuyuy...ummm...no me esperaba este final en uno de tus relatos, no sé el husband lo que pensará pero, por aquí por mi casa, ha gustado bastante; estamos los musos y yo con los ojos abiertos de par en par y como platos... El olvido, a veces, es tan complicado y tan necesario a la vez...ayyy...c'est la vie!
ResponderEliminarTodos dicen que perder la memoria es lo peor que puede pasarle a una persona. Sin embargo, piensa por un momento que te despiertas y no recuerdas absolutamente nada, no del dia anterior, sino que no recuerdas nada. Si no se puede añorar algo de lo que no se tiene constancia, ¿sufre esa persona? Yo creo que realmente no. Lo único que te puedes sentir desorientado, pero si no eres consciente de que tuviste un pasado, creo, y repito, creo, que la persona en cuestión no sufre.
ResponderEliminarBesos!!!
Genial, Nanny. Me estaba pareciendo un relato muy flojo cuando le has dado el golpe de gracia y has convertido a Jonas, de un tipo rarito y blandorro en un psicópata asesino.
ResponderEliminarTe aplaudo.
Deberías publicar el relato de tu Husband, en el space, por ejemplo y enlazarlo o algo así, para poder leerlo.
Niña me ha encantado. No sé si te habrás dado cuenta que los finales inesperados me gustán par rabiar.
ResponderEliminarAhora pido el original. Dí al husband que se lo ruego, que ahora toca el original.
De todas maneras, te repito que me ha encantado.
Besicos para los tres.
Muy bueno; quizá echo en falta un poquito más de texto, creo que pide que exprima algo más la idea. Pero bueno y sorprendente el final. Un beso.
ResponderEliminarY no se puede colgar el texto original?? Las comparaciones son odiosas pero ahora nos quedamos todos con la intriga!
ResponderEliminarGORDITO, no seas tímido y deja qu lo leamos... porfi
ResponderEliminarMe ha gustado la historia... si es que nos enganchas....
ResponderEliminarUn beso. Marea@
cuando pueda vd. se pase por el tren... dejé algo para vos.
ciaoooooo.
Qué fuerte! No me esperaba este final...
ResponderEliminarmenos mal que yo estoy en la lista de los que olvidan, y te aseguro que no me quejo.
A mí también me gustaría leer la otra versión...
Un beso muy grande
Un tema interesante el del olvido, parece ser que a pesar de su selectividad para recordar con el tiempo solo las cosas buenas, hay atrocidades cometidas que solo se deben olvidan tras la muerte.
ResponderEliminarOye que a mi me ha encantado el relato (ya sabes que soy tu fan) ...pero quiero leer el de Husband porfi , dale el gusto de que tenga protagonismo un dia en tu blog, que se lo merecere por ser tu impulsor y dinamizador con esos retos continuos.
Un besoooooooo o dos ...o tres uno para cada uno.
Me ha gustado el texto. Está muy bien. Tener buena memoria es un privilegio y un castigo.
ResponderEliminarPorque recuerdas las cosas buenas, pero también hasta la más pequeña decepción.
Y cada uno de tus actos, cómo Jonas...
Un beso, guapa
joer, increíble, me gusta mucho la historia del husband.
ResponderEliminarIncreible y genial. Me ha gustado muchísimo. ^_^
ResponderEliminarBesotessssssssssss