Una felicitación me manda a hacer mi hija,
como cada cumpleaños.
Pero la musa me está siendo esquiva,
a ver cómo me apaño
para felicitarla otro año más
sin repetir lo dicho ya...
Que es muy guapa dicho queda,
su inteligencia no está en entredicho.
De que es cariñosa hay muestras
y es más que claro el orgullo qie sentimos.
Así pues muy poco resta
por decir que no se sepa,
de modo que si no es molestia,
me limitaré a felicitarla
y a otra cosa, mariposa...
¡Feliz cumpleaños, bollito de nata!
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Yo ya he hablado demasiado, ahora te toca a ti...