Relato publicado en la web Metal Obscura en su convocatoria de relatos apocalípticos "Ocho minutos".
Ocho minutos, ese es todo el tiempo que le queda al planeta. Ocho cortos, ridículos y escasos minutos. Lo acaba de decir el noticiario. Arnie mira la pantalla, boquiabierto. «No puede ser», piensa, «es absurdo». Corre a cotejarlo con otras fuentes y gasta un minuto del resto de su vida en confirmar que, efectivamente, el sol ha colapsado y que la humanidad está condenada. Podrían haber informado ayer, o hace una semana, pero han preferido hacerlo en el último momento, quizás para ahorrar a la humanidad horas de terror y angustia.
Siete minutos, ese es todo el tiempo que le queda al planeta y, por tanto, a Arnie, que pierde sesenta preciosos segundos en hiperventilar y otros sesenta más en controlar el pánico que empieza a arrollar su cordura..
Cinco minutos, ese es todo el tiempo que le queda a Arnie para disfrutar del planeta que le vio nacer. Dos de ellos se van en contactar con su familia y despedirse, entre suspiros y lágrimas, de sus padres.
Tres minutos, ese es todo el tiempo que resta para que todas las especies vivas de la tierra desaparezcan sin remisión. Arnie pierde un minuto observando por la ventana a sus conciudadanos correr, gritar y llorar histéricamente y se pregunta si él no debería estar haciendo lo mismo. Sin duda sería una forma entretenida de pasar el poco tiempo que le queda, pero Arnie nunca ha sido persona de montar esèctaculos dramáticos de ese calibre y no va a empezar ahora que le queda tan poca vida.
Dos minutos, ese es todo el tiempo que queda para llegar al fin de la historia. Arnie gasta sesenta de sus escasos segundos en preparar su cóctel favorito, coger una silla y sentarse en la terraza.
Un minuto, ese es todo el tiempo que queda antes de que Arnie muera y lo pasa contemplando la ciudad y el cielo, paladeando su cóctel, saboreando cada inhalación de aire y percibiendo cada pequeño movimiento de su cuerpo.
El último segundo llega, Arnie deja escapar una única lágrima y muere pensando que, al menos, no muere solo.
Es maravilloso ese cuento. Jo, qué haríamos en los últimos 8 minutos?
ResponderEliminarUn saludo
Es de esas cosas que sólo puedes saber si las vives así que casi mejor no saberlo :) Gracias por tu visita.
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