jueves, 29 de marzo de 2012

Resurrección


Me devolviste la existencia, rabí, pero no la vida, ni el gusto por ella, ni el deseo de vivirla. Me despertaste del sueño de la muerte y me sacaste del vientre de la fresca tierra igual que una partera saca al recién nacido del vientre de su madre pero mi carne no es sonrosada, ni mis pulmones ansían el aire fresco, ni mi corazón palpita anhelante de futuro.

Mis hermanas, que tanto deseaban tenerme de vuelta entre los vivos, están descubriendo que hay deseos que es mejor no cumplir y comienzan a arrepentirse. No me dicen nada, no quieren herirme, pero no hace falta que lo hagan, lo veo en sus gestos y lo oigo en sus silencios. Es normal, yo ya no soy el hermano que perdieron y ellas para mí son casi unas desconocidas, parte de la vida que perdí. Los vecinos y amigos me evitan, los niños lloran cuando me ven, los animales huyen asustados, perciben el olor a muerte  que me rodea y no soportan tenerme cerca.


El’azer se detiene y mira a través de las ventanas, hacia algún lugar que sólo él puede ver y, sin girarse, continúa hablando:

No puedo amar como amaba, rabí. Puedo apreciar la belleza de una mujer, la gracia de sus movimientos, la gracilidad de sus formas, pero no despierta en mí ningún deseo, ninguna emoción, ningún sentimiento.

Puedo oír una bella melodia pero no puedo escucharla. Puedo gustar una buena comida pero no puedo saborearla. Puedo sentir el tacto de las cosas pero no disfrutarlo. Puedo ver pero no puedo mirar. Puedo oler pero no olfatear. Puedo existir pero no vivir, rabí, porque la vida es mucho más que percibir, la vida es sentir, emocionarse, estremecerse, vibrar, amar, odiar, sentir paz, enfado, rabia, dolor, placer... Y todas esas cosas me son, ahora, ajenas. No vivo, rabí, sólo me arrastro por la existencia ansiando el día en que vuelva al lugar del que me arrancaste.


¿Sabes qué hago la mayoría de los días, maestro? Voy a mi tumba, entro en ella y, cerrando los ojos, me tumbo sobre la fría piedra y estoy así durante horas. Me aparto de la vida buscando ese algo que se quedó más allá de la muerte. No pertenezco a este mundo, rabí Yeshua, tú más que nadie debería saberlo. He traspasado el umbral entre la vida y la muerte, y no hay retorno. Mi cuerpo está aquí pero mi alma se quedó allá.

Esto que me has devuelto es una imitación de la vida y no la quiero.

Por eso, al saber que estabas cerca, te he pedido que vengas a esta casa que ya no es mi casa, a tomar unas viandas a las que yo no encuentro sabor y un vino que ya no me trae olvido, para pedirte que, ahora sí, ayudes a este pobre El’azar a volver al frío recinto del que me sacaste, que me devuelvas el dulce sueño y me retornes a donde pertenezco. En esta ocasión hasta mis hermanas se alegrarán de mi marcha. 


Te pido que me des la muerte, ya que tú me la quitaste pero sino lo haces, rabí, seré yo mismo quien acuda a ella así me aguarden diez mil infiernos al otro lado. Incluso eso será mejor que esta existencia sin vida, este estar y no ser, este percibir y no sentir.

El’azar calla. Yeshua le mira con tristeza llena de comprensión y compasión. Apoya su mano en el corazón del resucitado, luego en su frente, y con un dulce susurro le dice:

-Duerme, El’azar, ve y descansa.

El’azar, con lágrimas en los ojos, besa las manos del rabí, se tumba en su viejo catre y se aleja plácidamente de una vida que, para él, se había convertido en castigo.


10 comentarios:

  1. Maravilloso relato...vida...resurrección y muerte...son tus etiquetas....excelentes. Un beso

    ResponderEliminar
  2. Creo que fue Trillo o Altuna (alguno de ellos) que recuperó al personaje de Lázaro en una historia sobre el eterno olvidado, aquel a quien se le ordenó volver a vivir, pero no volver a vivir...

    Saramago, en el Evangelio según Jesús Cristo, postulaba la idea de que, en realidad, Lázaro nunca resucitó, pues cuando el nazareno iba a despertarlo, la Magdalena le detuvo "nadie ha pecado lo suficiente, como para castigarlo con una nueva vida" (cito de memoria, así que es probable que la frase no sea exacta... pero el sentido permanece).

    Yo mismo (bueno, mi ego y yo) llevo dándole vueltas desde años inmemoriales a una historia con los inmortales católicos (que yo recuerde, son tres; Cain, condenado a vivir eternamente por su crimen. Lázaro y el Judío Errante, condenado a sólo observar)... la idea está ahí, pero nunca he podido desarrollarla satisfactoriamente.

    Y así...

    ResponderEliminar
  3. No me extraña que parte de el quedara en el cielo. Cuando se ha probado algo así no se olvida. Un beso.

    ResponderEliminar
  4. WinnieO: Muchas gracias :)

    Necio Hutopo: No conozco la primera historia que comentas, sí la segunda y creo que la frase es más o menos como has dicho (yo tampoco estoy segura porque lo leí hace tiempo).

    A mí me fascina este personaje que fue traído de vuelta por voluntad ajena y siempre me he preguntado si en verdad estaría agradecido o, como en mi relato, estaría deseando regresar a la muerte.

    Caín, Lázaro y el Judío Errante son tres personajes que pueden dar para mucho, seres condenados a la vida, el día que te decidas a escribir esa historia déjame leerla :)

    Susana: Es que hay lugares, Susana, de los que no es tan fácil regresar.

    ResponderEliminar
  5. Ya conoces mi opinión sobre este maravilloso relato. Define a una escritora excepcional. Lo que eres. Insistir en algo obvio es innecesario.
    Espero que tengas copia preparada de todo esto para tu libro. Ese libro que todos esperamos, ojalá pronto. Probablemente Testamento de Miércoles es uno de los mejores blogs literarios en español. Necesita, ahora, poder ser tocado en su versión "paper". Ya sabes que tienes una oferta de edición desde ya. Y debes aceptarla. Más que nada para poder tenerlo, yo al menos, entre eso que se llaman libros de cabecera. Allí, junto a algunos narradores que no nombro para que no te sonrojes...estará ¿Testamento de Miércoles? ¿Por qué no? No es mal título para un libro...:-)

    ResponderEliminar
  6. Enhorabuena, Nanny. Me gusta como escribes y me encanta tu blog. No decaigas nunca. Besos.

    ResponderEliminar
  7. Nanny, he pasado mucho tiempo sin leerte y veo que sigues en la obsecada, testaruda y firme idea de deleitarnos con tus relatos.

    En algún sentido esta idea de que no toda vida es vida, me recordó una canción de Eladia blazquez que dice:
    ¡No! Permanecer y transcurrir
    no siempre quiere sugerir
    ¡Honrar la vida!

    Besos.
    Hernán

    ResponderEliminar
  8. Nanny, he pasado mucho tiempo sin leerte y veo que sigues en la obcecada, testaruda y firme idea de deleitarnos con tus relatos.

    En algún sentido esta idea de que no toda vida es vida, me recordó una canción de Eladia blazquez que dice:
    ¡No! Permanecer y transcurrir
    no siempre quiere sugerir
    ¡Honrar la vida!

    Besos.
    Hernán

    ResponderEliminar
  9. TEngo una mala noticia que darte...haz hueco en tus abarrotadas estanterías porque te he dado un premio

    ResponderEliminar
  10. EDITORIAL PORTILLA
    Esta es una editorial sin fines de lucro, las ganancias serán invertidas en la lucha contra la Diabetes. Aquí los escritores podrán publicar sus obras por el Internet y en las cadenas de librerías en los cinco continentes sin costo alguno. Todos los escritores recibirán en 50% de las ganancias por el Internet y el 10% por las ventas en las librerías. Tenemos varias convocatorias para concurso. Visite nuestra página web: www.editorialportilla.com o envíenos un correo a: editorialportilla@hotmail.com

    ResponderEliminar

Yo ya he hablado demasiado, ahora te toca a ti...

OFRENDA

  El anciano arrastró su viejo cuerpo al interior del templo, llevaba en sus manos artítricas un pequeño cesto con fruta y pan, su ofrenda d...