Sería una huelga salvaje, sin darle ningún tipo de notificación que la pusiera en guardia y le permitiera defenderse. De modo que, según lo pensó, lo hizo. Se plantó frente a la Tristeza y, poniéndole en las manos su última caja de pañuelos de papel, le informó de su decisión: ya no habría más lágrimas, ya no habría más nostalgia, ya no habría más apatía, ya no más desesperanza, ni reproches, ni pesimismo.
Me pongo en huelga, le dijo, desde ahora mismo cambiaré llanto por sonrisas, añoranza por esperanza, apatía por determinación, pesimismo por optimismo.
Me pongo en huelga, le dijo, y no abandonaré mi lucha hasta que desaparezcas de mi vida y la felicidad se mude definitivamente conmigo.
Luego, dejando a Tristeza con la boca abierta, se dio media vuelta y traspasó la puerta dispuesta a salir a disfrutar la belleza del otoño. Pero antes de cerrarla tras de sí, se giró y, sonriendo, añadió:
- Casi lo olvidaba. Avisa a Soledad. Que se vaya preparando. Luego va ella. Lo primero que pienso hacer es convocar una manifestación. Multitudinaria. Después... después ya veremos.
Agitó los dedos en señal de despedida, cerró la puerta con suavidad y se alejó canturreando.
Quué maravilla de relato Nanny. Qué original y cómo me ha gustado. Yo también le digo adios a la tristeza....y respecto a la soledad...también le dije adios hace tiempo. Besos
ResponderEliminarSi fuera tan fácil...Yo intento no tratar con ella pero a veces me convence. Un beso.
ResponderEliminarDemoledor relato, magnífico.
ResponderEliminarTe puedo pedir un favor? Me podrías corregir un relato? Hay quien opina que le falta fuerza, ternura... en fin, si puedes me harías un gran favor
Tienes mi correo
http://elsofadesteve.blogspot.com/2009/10/maty.html
Holaaa alegria....
ResponderEliminarME GUSTA ESTE RELATO.
BESOS.
Qué bonito Nanny, qué alegre y qué divertido.
ResponderEliminarA pesar de toda la carga emocional que lleva intrínseca la narración.
Una auténtica gozada.
NANNY FANTASTICO MUY LINDO¡¡MAÑANA COMIENZO, CON BOMBOS PANCARTAS ETC
ResponderEliminarBESOS
Bon jour, tristesse (François Sagan)
ResponderEliminarBonito
dios, yo también le monto huelga a la tristeza, que vaya días llevo...:'(
ResponderEliminarOOoh!
ResponderEliminarAsí deberíamos actuar frente a los sentimientos y no dejárnos llevar o que nos invadan. El gran tema es que perdemos el control, enviándonos al carajo.
Voy a enfrentarme con la nostalgia v/s la tristeza...
Cariños que andes bien!!
Hace algún tiempo que quería decirte algo: tienes ya indiscutiblemente un estilo propio. Creo que podría reconocer un relato tuyo en cualquier sitio.
ResponderEliminarY me sigue asombrando que sigas y sigas escribiendo sin que unos relatos parezcan calcos de otros. Son totalmente tuyos pero, al mismo tiempo, tan singulares...
¡¡Guaaaaaaaaau!! Qué buen chute de adrenalina para el Otoño... ¡chica! tú dices que te gusta mi arte, pues anda que a mi el tuyo...como dicen por aquí: ¡tienes toelarte miarma!.
ResponderEliminarSupongo que el secreto está ahí precisamente en la actitud y en mandar a la mierda de vez en cuando...esto es sanísimo.
Gracias por el texto, me ha llenado de positivismo.
Besos a espuertas
Olé por ella!! Ojalá todos tomáramos partido en esa huelga siempre que hiciera falta... Qué felices seríamos!!
ResponderEliminarUn besoteee
Me uno pues a la huelga!!!
ResponderEliminarYa había leído este post y juraría que lo había comentado.
ResponderEliminarQué sosa. Igual lo leí y salí pitando hacia otra cosa. Da igual.
Siempre me molaron las huelgas a la japonesa ...por fastidiar.
:)