Echaba de menos el estado de alerta permanente. Vigilar el horizonte esperando ver aparecer las velas del ballenero. Escuchar los gritos del vigía y del capitán cuando localizaban la columna de agua provocada por su respiración. Echaba de menos el juego de la caza, la lucha por no dejarse atrapar por Ahab. El latir de su corazón, el torrente de adrenalina golpeando sus venas. Oh, sí, la vida tenía más sabor cuando el viejo marino vivía.
Tras un año surcando el océano, Moby Dick, la gran ballena blanca, había retornado al punto exacto en el que había hundido a su añorado enemigo. Y, mientras recordaba todo lo que juntos habían vivido, la ballena se iba hundiendo lentamente en el mar. Hasta que sus ojos localizaron el barco, la tumba de Ahab.
Entonces, Moby Dick, la gran ballena blanca, se limitó a quedarse allí, mirando al barco que hasta hacía un año había sido su particular Némesis. Se quedó allí recordando, añorando y sintiéndose sola, horriblemente sola.
Era vieja, muy vieja, tan vieja como el océano, al menos así se sentía ella. No tenía manada. Nadie escuchaba su canto. Nadie la perseguía. Nadie la recordaba. No era amada ni odiada por nadie. Se encontraba en la más oscura soledad.
Permaneció allí, por pura fuerza de voluntad, la voluntad de morir donde había muerto su único enemigo y su único compañero.
Ayer fue el cumpleaños de mi padre. Si aún siguiera con nosotros habría cumplido 85 años. Si aún permaneciera entre nosotros habría disfrutado con este vídeo porque amaba su ciudad, su isla, su historia. Así que este vídeo es para él porque, aunque no pueda verlo ni disfrutarlo, yo sé que le gustaría.
Triste, pero precioso cuento, me gusta mucho, también la isla me gusta, aunque sea la de enfrente a la mía… también, también es preciosa. Un beso
ResponderEliminard2: No debe estar mal el cuento si a ti te gusta ;) Ah, también preciosa esa isla que está "frente" a la mía (mmmm... no está mal recordar estos pequeñas disputas locales desde la distancia, toman como un carácter nostálgico de lo más curioso :D).
ResponderEliminarEs curiosa la relación que se da a veces entre los enemigos. Me ha gustado mucho la historia.
ResponderEliminarBesos!
Eso es lo más triste de la vejez: que te va arrebatando todos tus referentes: las cosas, los paisajes, las gentes. Es un paulatino despojo del ser que tú has contado con un texto hermoso.
ResponderEliminarMe ha llegado también el recuerdo de tu padre...El nacimiento de alguien que ya no está pero que sigue siendo.
Pobre ballenita solitaria.
ResponderEliminarMe ha gustado el video. No he estado en su ciudad, en su isla, pero durante mucho tiempo, y todavía, ha sido un lugar entrañable porque allí nació (aunque por accidente) mi ex-marido, que sigue formando parte de mi familia y a quien quiero.
Un abrazo muy cariñoso
¡Hacia ti bogo, ballena omnidestructora, pero invencible! ¡Al fin lucho contigo! ¡Desde el corazón del infierno te hiero! ¡Por odio te escupo mi último aliento!
ResponderEliminar– Capitán Ahab (Moby Dick, 1851)
PERO EN EL FONDO NO DEJABA DE SER UNA VIEJA ROMANTICA.
BESOS...
La ballena, como todo el mundo requiere atención, aunque sea de un enemigo.
ResponderEliminarBesos.
Ains en fin, me encanto tu cuento, pero me entristecio a la vez, pero bueno seguro q a tu papa dond quiera q este, le encantara de eso estoy segura, besos!!!
ResponderEliminarMi cariño y un respetuoso silencio.
ResponderEliminarBesos
Recuerdas el sombreo aquel? Sí? Bueno, pues me lo quito
ResponderEliminar:)
ResponderEliminarSeguro que le encanta.
Ya sabes lo que se dice... los amores reñidos, son los más queridos... Seguro que le pasó eso a la ballena.
Un besazooo
Lalaith: Sí que es curiosa la relación entre enemigos, puede llegar a ser tan íntima como entre amigos e, incluso, más duradera que algunas amistades.
ResponderEliminarEscribiente: Efectivamente, eso es lo más triste de la vejez: todo lo que te quita y lo poco que te deja.
Tesa: Espero que, algún día, te animes y vayas de visita a mi ciudad. Una pena que no pueda hacerte de guía por aquello de que yo ahora vivo a cientos de kilómetros de ella.
Groucho: Tan romántica como el capitán Ahab porque si ese viejo marinero hubiera sido el vencedor, estoy convencida de que se habría sentido tan perdido y solo como ella.
Cronopio: Exactamente: todos necesitamos atención, aunque no sea de alguien que nos ama. Y la pobre Moby Dick estaba demasiado acostumbrada a tener toda la atención del capitán Ahab.
Gramia: Siento haberte entristecido justamente ahora que andas tan preocupada. Bueno, espero que todo vaya bien...
Steve: Muchísimas gracias.
Necio-Hutopo: Vale, pero no lo pierdas no sea que lo necesite ¿vale?
Acoolgirl: Ya lo he dicho antes: hay enemistades que duran más que muchas amistades y hay enemigos a quienes hasta se les echa de menos si desaparecen :)
Preciosa isla y precioso detalle dedicarle este video a tu padre. Lo importante no es lo que nos separa, sino lo que nos une. Un beso.
ResponderEliminaralgunos viejos son realmente felices: han dominado a sus enemigos y han sabido rodearse de sus amigos...
ResponderEliminarA mi me pasa también que me acuerdo de mi padre mucho en su cumpleanos
Lo digo siempre pero es lo que realmente pienso. Mientras haya una sóla persona que habla, tiene presente, se acuerda de los que ya no tenemos a nuestro lado físico, ellos están, siguen con nosotros y aún más, son conocidos ahora por mucha otra gente que nunca habría sabido nada de ellos. Y en su ciudad permanece sin duda su recuerdo.
ResponderEliminarChapeau por tu padre, un placer conocerle.
Nunca he podido entender este relato. Que una ballena sea "asesina" me parece una ficción que va más allá del mar.
ResponderEliminarComparto opinión
ResponderEliminarcon "acoolgirl" ...
Preciosa dedicatoria la de este cuento. Me sumo al respetuoso silencio.
ResponderEliminarUn beso grande.
Bueno siempre, de algun modo volvemos al lugar donde comenzó todo .
ResponderEliminarDese luego un sincero recuerdo es siempre el mejor de los regalos: para los que estan y para los que no. Un abrazo
Seguramente debe estar disfrutándolo. =)
ResponderEliminarA veces me gustaría ser creyente... creer que existe vida en el mas allá, y poder decir, como ahora, que seguro que tu padre ha podido ver y disfrutar de ese video, y que le ha gustado, y que le ha gustado lo que has escrito sobre la ballena...
ResponderEliminarEl mío se fué hace más de veinte años... Como tú, cada año recuerdo su cumpleaños... En cambio, nunca recuerdo la fecha en que murió. No me preguntes el día exacto, porque no lo sé. Mi subconsciente (o no tanto) se ha empeñado en olvidar ese día....
Como siempre, genial....
Y genial tu niña. No tengo ni tiempo de comentar, pero procuro leerte.
Besos.
A veces nuestros enemigos son nuestra mejor motivación...y aveces debemso de llamarles enemigo, adorado enemigo.
ResponderEliminarUna oración para tu padre que seguro esta mas presente de lo que me puedo imaginar...
Susana: Cierto, eso es lo importante: pensar en lo que nos une, lástima que la mayoría de las veces olvidemos algo tan simple.
ResponderEliminarLa interrogación: Moby Dick fue feliz mientras tuvo un enemigo contra el que luchar y que, sin saberlo ella, la hacía sentirse viva luego se dio cuenta de su soledad... pobre. (Prefiero recordar su cumpleaños porque es mejor celebrar su vida que conmemorar la fecha en que le dijimos adios).
Ernesto51: Pienso exactamente igual que tú: en el recuerdo de los que nos aman, ahí es donde podemos seguir permanecer.
PeterPsych: A mí eso de la ballena asesina también me ha parecido siempre un poco raro. Yo más bien diría que la pobre Moby Dick no hacía más que defenderse del obsesivo capitán Ahab y otros como él.
Saqysay: Pues entonces... te remito a mi respuesta a su comentario :D
Zafferano: Gracias (ah, y gracias por adelantarte tantísimo en felicitarme el cumpleaños :D).
Beatriz: Bueno, en este caso Moby Dick volvió, más bien al lugar dónde todo acabó...
Christian: Gracias.
Rose: Como ya comenté antes, me parece mejor recordar y conmemorar la fecha de su nacimiento que la otra (aunque yo sí la recuerdo y no creo que la olvide). Es mejor siempre conmemorar una vida que una muerte. Ah, comenta y lee cuando puedas, que no hay obligación y entiendo perfectamente lo del tiempo que a mí no deja de escasearme :)
Antonio: Cierto, a veces nos empuja más un enemigo que un amigo. A veces son ellos los que nos llevan a donde queremos. (Gracias por esa oración).
Creo que le has dado la vuelta, pero ha sido por una buena razón. Me encantan tus sentimientos.
ResponderEliminarBonito, muy bonito, el relato. Preciosa y emotiva la dedicatoria. También las imágenes de tu isla (también to vivo en la de enfrente, pero -será porque soy adoptado- no comparto el anticanarionismo chicha). Un beso.
ResponderEliminarJo, Nanny, que tristeza.
ResponderEliminarNo sé muy bien qué decir.
Un beso sincero.