miércoles, 25 de junio de 2008

Flavia



No entendía qué estaba haciendo allí, perdiendo el tiempo con semejantes tonterías en lugar de estar en su oficina. Ella, Flavia, no creía en espíritus, fantasmas, poltergeists ni cosas parecidas. Ella, Flavia, era una mujer realista, con sus bien calzados pies pegados a la tierra y con su bien peinada cabeza en su sitio. No tenía tiempo para perderlo en jueguecitos esotéricos.

Y, sin embargo, ahí estaba. En una sesión espiritista, mirando continuamente su caro reloj de pulsera, resoplando, taconeando nerviosamente y deseando estar en cualquier sitio menos este en el que se encontraba.


¡Espíritus! ¡Médiums! ¡Bah! ¡Tonterías! ¿Qué estaba haciendo allí en lugar de estar dando los últimos retoques a su informe? O, mejor aún, tomándose un delicioso cocktail en su club favorito. Quien la hubiera arrastrado hasta esta pantomima se las iba a pagar. Y, por cierto ¿quién había sido? ¿Quién había conseguido arrastrarla hasta este lugar? No lo recordaba, pero daba igual, tarde o temprano lo recordaría y entonces todo el peso de su furia iba a caer sobre él o ella.


Flavia se hallaba tan ensimismada en su invectiva interna que tardó en percatarse de que la médium estaba dando comienzo a su espectáculo. No sabía qué le parecía más patético si lo mala actriz que era la individua o la cara de alelados de sus crédulos acompañantes. Había que ser muy memo para creerse toda esa farsa. Ah, pero a ella no la engañaba, no señor, aún no había nacido el estafador que pudiera engañar a Flavia Arenas.


Y mira que ésta le ponía ganas. Qué gestos. Qué aspavientos. Qué voz de ultratumba. Se habría echado a reír de no encontrarse tan irritada. Qué ganas tenía de largarse.


¡Espíritus! ¡Memeces! Ella nunca había creído en espíritus o fantasmas. Eso eran invenciones de gente ociosa y ella nunca había sido una persona ociosa.


Flavia notó que los ojos de la médium se clavaban en ella. ¿Tanto se le notaba el escepticismo? Bah, le daba igual. Quizás tuviera suerte y la echara de la sesión. Lo raro es que ella no se hubiera largado ya. Flavia no tenía ningún problema en abandonar una reunión que le pareciera aburrida o estúpida y, sin embargo, ahí estaba soportando ese absurdo. En fin, sería cosa de la edad.


La médium continuaba mirándola fijamente. Flavia se sentía cada vez más incómoda. ¿Qué le pasaba a la bruja? ¿Le gustaba o qué?


- Bienvenida, Flavia – dijo la médium – ¿Sabes por qué estás aquí?


Flavia soltó un bufido.


- Menuda pregunta… Estoy aquí porque alguno de mis amigos me trajo engañada. Es evidente.


La médium sonrío y dijo:


- No, Flavia. Estás aquí porque hay algo que debes saber y que nadie se ha atrevido a comunicarte todavía.


- ¿Comunicarme algo? ¿Y me traen a visitar a una médium? ¿Qué pasa? ¿El espíritu de algún pariente quiere contarme dónde enterró un tesoro o algo por el estilo? – Flavia soltó una carcajada que no fue coreada por nadie. Miró extrañada a sus amigos pero ninguno le devolvió la mirada.


Con un suspiro entre irritado y resignado, Flavia miró a la médium:


- Está bien. Dígame qué es eso que tiene que comunicarme desde el más allá…


La médium sonrió, ignorando su sarcasmo.


- Pues verás, Flavia, parece ser que, aunque tú no te has dado cuenta todavía, llevas diez años muerta.


La carcajada de Flavia fue de las que hacen temblar al mundo y eso es lo que hicieron los amigos que allí estaban: temblar como hojas.


- Vaya, vaya, tenemos el día bromista ¿no?


- No, Flavia. Recuerda. Haz memoria. Vuelve a aquel día de noviembre. Tu coche, la lluvia… recuerda, Flavia.


Y Flavia, asustada, comenzó a recordar. La noche, la fiesta, la lluvia, las copas de más, el coche… A medida que recordaba, Flavia iba empalideciendo. Recordó la ambulancia, los pasillos del hospital, las carreras, los gritos, la oscuridad.


Flavia se iba volviendo traslúcida.


Flavia, por fin, recordó su propia muerte.


- En… entonces soy un espíritu…


- Sí, Flavia, eres un espíritu.


Flavia ya era totalmente trasnparente.


- Pero… pero… eso no puede ser…


- ¿Por qué no, Flavia?


- Porque yo no creo en espíritus.


Y, entonces, Flavia, que siempre había sido una mujer consecuente, sencillamente, desapareció.



22 comentarios:

  1. WOW vaya final. Bicos.

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  2. Álex Hmmm... ¿eso quiere decir que te ha gustado? :D

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  3. ayyyyyyyy mi niña vengo corriendo y estressada que con eso de final de curso no me había paseado por aquí...y voy a relajarme y ponerme al día con tus relatos, ya que a pesar de que no podía entrar, añoraba leerte y deleitandome en tus letras.
    Un beso por anticipadoooo...o dos o tres....

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  4. Je, interesante final sí! pero no me ha quedado del todo claro sí es ella o no un espíritu...si desaparece...nosé...
    un final abierto más bien no? :D
    Besossssss

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  5. buena historia...

    Parea mi, ella es un espiritu...

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  6. Original, muy original. Digo yo que encima,parece ser que la pobre había trabajado diez años de mas.Si se entera el fisco...
    Jose

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  7. Si hay gente a la que hay que decirle todo porque no se entera de nada... Eso sí, lo que yo no acabo de entender es la necesidad de los amigos de decirle a Flavia que ya estaba muerte; digo, después de tenerla trabajando 10 años sin cobrar...

    La verdad es que la anécdota era un poco predecible, pero el final es para ponerte un momnumento...

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  8. Hola!
    Me ha recordado mucho a "Los Otros", una pelicula que me encanta. Estaran de verdad los espiritus flotando entre nosotros hasta que se dan cuenta que han muerto?
    Y que rabia ser participe de algo en lo que no crees.

    Un besico, muac!

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  9. Uauuuuh! Este si que me ha encantado! Cada relato que escribes me gusta más!

    He visto el final desde el principio del relato...era predecible, pero en el buen sentido! En el sentido de que sabes qué va a pasar pero no sabes como se va a desarrollar y no puedes parar de leer para descubrirlo. No sé si lo habrás hecho a posta o no...pero, eso es una técnica literaria reconocida y me quito el sombrero ante la forma en que tú lo has plasmado...

    Lo que te decía...me ha encantado! Bueníiiisimo!

    Besitos guapa!

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  10. Qué bueno, Nanny.
    Este texto me gusta especialmente.
    Besos

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  11. Siempre consigues impresionarme. Un beso.

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  12. Pues yo debo de ser el tonto del grupo... no he visto el final.

    Pensé que como era esceptica, le iban a dar un susto de muerte (de muerte, jajajajajaja) para que creyera.

    Insuficiencia neuronal o candidez supina la mia, una de dos.

    De lo que si me di cuenta en seguida es de que me iba a gustar. Mucho.

    Un beso y gracias por tu mail. Siempre es un placer leerla a usted, Señora.

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  13. Me ha encantado Nanny. Me ha gustado mucho.
    Besicos

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  14. Ambrosía: No corras tanto que te va a dar algo, tú relájate que no hay prisa en leer estas cosas mías :)

    Delitosliricos: Sí, Flavia es un espíritu y desaparece porque no cree en espíritus: una tiene que ser consecuente con sus ideas ¿no? :)

    Gitana: Tienes razón: ella es un espíritu (Y yo que creí que quedaba claro...). Me alegra que te haya gustado ;)

    Jose: Oye, pues no había caído yo en eso pero, fíjate que alegría para la empresa ¿no? Una trabajadora que no cobra y trabaja más que nadie :D

    Necio Hutopo: Bueno, cuentan los que saben de estas cosas que muchos espíritus no saben que están muertos así que, al parecer, el caso de Flavia no es tan raro. En cuanto a los amigos de Flavia, bueno, ahí me parece que tuve algún fallo y no dejé bien claro lo cargante, exigente y plasta que podía llegar a ser Flavia :D

    Cierzo: Supongo que algo de "Los Otros" tiene, sobre todo por aquello de los muertos que no saben que lo están. Y, sí, imagínate lo que tiene que ser convertirte en espíritu si te has pasado la vida despotricando en contra de esas cosas :)

    Martha: Esto... voy a confesar: yo, si alguna técnica literaria uso, lo hago sin percatarme de ello en ningún momento. Confieso también que la mayoría de las veces sólo tengo una ligera idea de lo que quiero escribir y ni sé por dónde va a ir el asunto ni cómo va a acabar. Palabra.

    Tesa: Me alegra que te haya gustado tanto ;)

    Susana: Bueno... hago lo que puedo. Gracias :)

    Steve: Mmmmm... yo voto por la candidez supina, que suena mejor :D Ah, y el placer es que ustedes me lean, Señor ;)

    Nani: Me alegra que te guste :)

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  15. es lo que pasa cuando uno no cree en uno mismo...al final desapareces.

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  16. Claro: los espíritus que no creen en si mismos siempre desaparecen.

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  17. Mmmmmm.... que susto, no???

    Jodo... con el miedo que me dan los fantasmas... qué haría si me entero que soy uno??? Por dios... prefiero no pensarlo...

    Un besote!!!

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  18. jajajajaj ¡que bueno!.

    En fin, si es que no nada mejor para "desaparecer" que dejar de creer en uno mismo.

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  19. Es que hay cada uno que tarda tiempo en enterarse de las cosas más obvias. En todo caso, si fuera verdad eso de la vida tras la muerte (ya sabes que yo no creo en ella), me parece bastante más verosímil que necesitáramos un tiempo para darnos cuenta de ue ya no estamos vivos (o, al menos, vivos en la forma a que estamos habituados). Esa hipótesis da para historias tipo Los Otros o Sexto Sentido, efectivamente, y, por supuesto para brillantes y sorpresivas como este post tuyo. Hace unos meses, inspirado por el ambiente, se me ocurrió una historia favorita, si bien en otro estilo (http://desconciertos3.blogspot.com/2008/02/los-dos-hermanos.html). Un beso.

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  20. Andando que es gerundio...vaya con la Flavia...me gusta más esta versión que la de Amenabar...jejejeje Magistralmente descrito como siempre...plas plas plas...yo cuando sea mayor voy a escribir como tú vale?
    Muchos besos desde esta Sevilla asfixiante...dioooos....vamos a morir hechos mantequilla....

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  21. Como siempre, me quedo absorta por tus escritos..como me gustan.. ojala puediese escribir ocmo tu..

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  22. 10 años dando por saco a los amigos, ummmmmmmm menos mal que consiguieron que desapareciera.

    muaaks

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Yo ya he hablado demasiado, ahora te toca a ti...

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