Cuando era una niña creía…
… que el sueño lo traía un niño con un saco lleno de arena que nos echaba en los ojos.
… que, si tropezaba o me golpeaba accidentalmente con algo, era que “Padre Dios” me castigaba por haberme portado mal y que tenía otra mamá en el cielo que se llamaba María.
… que el ratoncito Pérez daba dinero a cambio de dientes.
… que las virutas de los lápices de colores se transformaban en mariposas si los tenías una noche metidos en una bolsa de plástico, una caja o cualquier otro recipiente ad hoc.
… que encontrar un sarantontón (mariquita) daba buena suerte.
… que si te mirabas durante mucho rato en un espejo, acabarías viendo al diablo.
.. que tirar un trozo de pan era pecado y, si aún así lo tirabas, debías besarlo antes.
… que si te tragabas una semilla de cualquier fruta te podía crecer un árbol en la tripa.
… que las cañas acumuladas en los campos de tomates tras la zafra eran tiendas de indios.
… que mis muñecas jugaban mientras yo dormía.
… que tenía un ángel de la guarda.
… que en el, por entonces lejano, año 2000 los coches volarían y todos vestiríamos monos ajustados.
… que los Reyes Magos me vigilaban por un agujerito.
… que la lavadora tenía vida propia.
… que los truenos se debían a dos posibles motivos:
1. O Dios estaba muy, pero que muy enfadado o bien
2. estaba jugando a los bolos o algo parecido…
… que la lluvia no era otra cosa que las lágrimas Dios o María o los ángeles.
… que si me tragaba un chicle se me podían pegar las tripas.
… que las nubes eran de algodón.
Luego, claro está, crecí.
Y al crecer perdí la fe en mundos mágicos e invisibles, en dioses y espíritus, en milagros y mitos, y me rendí a la realidad.
Aunque a veces me pregunto por qué los adultos estamos tan seguros de que esas cosas en las que creíamos de niños no son reales.
Es más ¿De verdad estamos seguros de que esas creencias infantiles son pura imaginación?
Hmmmm… No sé, igual esta noche, guardo unas cuantas virutas de lápices de colores y a ver qué pasa… por probar…
P.S. Bueno, pues la locura se extiende cual epidemia por toda la blogosfera esa. Ahora, me temo que han caído erMoya que me ha dado el premio Arte y Pico y Carmncitta que me ha hecho entrega del premio "Este no es un mal blog" que suena raro, pero es un premio :D En fin, chicos, prometo buscar un buen psquiatra que me ayude a encontrar una solución a esta locura que se ha extendido tanto. De momento, muchísimas gracias a los dos locos ;)
...en fin, para empezar ENHORABUENA de nuevo (que luego se me olvida), ¡como siempre voy como el Correcaminos!
ResponderEliminarMe he visto de pequieñita con todos esos recuerdos y digo igual que tú. ¿NO estaremos equivocados los mayores y lo mismo ya no nos pasan estas cosas "MÁGICAS",porque hemos dejado de creer? A ver..., si guardas las virutas esta noche, luego aunque sea a recaito en el oido, me cuentas en que se convirtieron, ¡POR FA, CUÉNTAMELO EN UN CUENTO, AL OIDO O COMO TÚ QUIERAS", yo creo que puedes hacerlo y además tienes la varita mágica, la que hace realidad todos los sueños, pues... ¡Anda, no decías que pidiéramos por nuestras boquitas!, pues yasta...., MI PETICIÓN ESTÁ HECHA, AQUÍ LA DEJO Y SON TESTIGOS TODOS LOS QUE COMENTEN DESPUÉS QUE YO.
¡HEEEEEE DIIIIICHOOOOO!
Mmmm.... Yo todavía creo en algunas de las cosas que dices.... ¿eso es malo? ¬_¬
ResponderEliminarEnhorabuena por los premios, te los mereces todos todos todos. ^_^
Besotessssssssss
Hace años que no veo una mariquita... es una pena pq son muy graciosas y cada vez hay menos... :(
ResponderEliminarEs verdad, ese mundo magico proveniente de la inocencia de un niño no deberia perderse... A mi me gustaba. ¿Por que se pierde con el paso de los años?
Besos!!!
Dicen que solo los niños son capaces de ver la magia. O lo que es lo mismo, que no la veamos los adultos no quiere decir que no exista, no? ^^
ResponderEliminarPor cierto, llamame loco... pero sigo pensando que te lo mereces!
Besos!
claro que no es un mal blog... no se por uqé te extrañas!!!
ResponderEliminarYo quiero creer que aún no se ha perdido la magia.. es que no quiero crecer!!!
un beso!
Sin duda la falta de imaginación es una de las causas de que los mayores seamos tan negativos. Es duro crecer y chocar con la realidad, por eso tiene mucho mérito seguir soñando y no enajenarse en el intento.
ResponderEliminarY bueno... Lo que pasa es no han mentido; porque nos dijeron que crecer era, justamente, hacerse adulto... Y, la verdad, a mi eso me da una flojera que no veas...
ResponderEliminarEn fin... te puedo premiar yo también? Ándale, dí que sí, que me haría mucha ilusión
...jooo...yo con trece años todavía pensaba que los bichitos que andaban por las hojas de las macetas eran duendes que vívían allí mismo, pregúntale a la casa encendida como hizo que viviese mi infancia...jejeje
ResponderEliminarLa verdad es que has dado por supuesto que cuando vamos creciendo todo esto desaparece, pero ... aquí te dejo el testimonio de una loca que practica a diario todas y cada una de sus creencias infantiles ¿cómo vivir si no?
Besitos guapa y enhoraweni!!!
Yo es que sigo creyendo en muchas de esas cosas!! Pido deseos en las cosas nuevas, cuando veo un numero capicua... No se, debe ser que no quiero crecer!!
ResponderEliminarUn besitooo y enhorabuena por tus premios!!
Hay un término medio entre creerselo todo y no creer en nada. Te recomiendo que lo intentes. Un beso.
ResponderEliminaruyyyy, qué chuloooo, me gusta, me gusta... pero hace tanto que no me paso por aquí... que tengo mucho que leer... allá vooyyy!!
ResponderEliminarbesitos
Pues mira que yo, que creía que la música que ponían en la radio era porque le gustaba al locutor y no por razones comerciales....
ResponderEliminarBesos.
Nos tienes a todos enganchados, niña, por algo será.
ResponderEliminarHacerse mayor es quitarse las gafas de la imaginación, abrir los ojos a una realidad menos divertida.
Cuando era niña, creí tan ciegamente que todos los comunistas eran demonios (porque nos lo habían contando las monjas), que cuando mi tía y madrina confesó que era comunista, durante meses intenté encontrarle el rabo (que como buen diablo debía llevar), mirando debajo de su falda a la menor ocasión.
ResponderEliminarTambién creí que si juntaba 1000 billetes de tranvía, te daban un viaje gratis por todo el país.
Lástima de perder esas ilusiones...
Besos de una maia.
Algunas de tus creencias me resultan extrañas y, sobre todo, muy poéticas. Otras, las más normales, las compartí también yo. Una en concreto, la de lo que podríamos ver si miráramos suficiente tiempo el espejo, la estoy volviendo a recuperar. Beoss.
ResponderEliminarHola Nanny!!
ResponderEliminarMe ha encantado volver, comprobar que te habías mudado y que sigues escribiendo como siempre.
Sí, yo soy aquel que se despidió y vuelve a los siete meses desde el evento.
Sí, yo soy aquel que antes era Fran En Apuros
Sí, yo soy ese que acaba de tener una mezcla entre Rafael y Prince
jajajaja
Besotes
Con tus cuentos y la imaginación que continuamente demuestras, estoy seguro de que sigues siendo una niña vestida de mayor.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu premio.
Para ser original te diré enhorabuena.Yo sigo teniendo creencias mágicas, no las mismas, estas han evolucionado, y lo mjeor de todo es que muchas cosas se siguen haciendo realidad, como cuando era niña.
ResponderEliminar¿ha pero que lo de los chicles que se pegan a la barriga era mentira?...yo segia convencida de que me operaron de apendicitis por eso...
ResponderEliminarfelcididaes por los premios, de hecho creo que habria que felicitarte a diario por el blog...:)
Ummm yo tb dudo si esas cosas no eran en realidad ciertas y de adultas vamos perdiendo las posibilidad de verlas.
ResponderEliminarYo de todo eso solo me creía lo del ratoncito perez y lo de la semilla que te podía hacer crecer un arbol dentro, jejejeje.
ResponderEliminarAunque ... bueno, recuerdo que tenía una especie de miedo atroz al Gargantua. Por si no sabes lo que es, te diré que es una especie de atracción de feria. Consiste en un hombre enorme con pinta de aldeano con la boca abierta y sentado encima de una cesta. Los niños entrábamos por la boca y un tobogán nos hacía salir por el culo del hombre.
Bien, pues yo tenía la extraña creencia de que si me había portado mal, cuando me metiera en la boca del Gargantua, no sañdría nunca de dentro de su cuerpo. Y claro ... como dudaba si me había portado bien o no, directamente pasaba de meterme en su boca, jejejejeje.
¿De donde saldran todos estos pensamientos de niños?
Algunas de estas "leyendas" me parecen una pasada.
Un besote, Nanny!!
Ah, perooo...¿todo eso que dices no es verdad?¿Qué son cosas de crios?¿Y que una lagrtija te mee en la cabeza no te deja calvo? ¿No es el ratoncito Pérez el que me compra los dientes?.
ResponderEliminarNo te creo nada... Y ahora me dirás que los reyes Magos son los padres!!!
Anda tu, ¿¿como se puede dar un premio?? Que alguien me lo diga, por favor... ¿Vienen ya hechos o hay que inventárselos? Decirme, vamos, por favor... que yo también quiero darle uno a esta mujer-maravilla de la pluma
Un beso
Algunas de esas crencias, formaron parte de mí, pero sólo pocas, y aunque duraron poco, a mis 33, sigo creyendo en muchas cosas, en tantas como que la linea entre la fantasía y la ficción, la ponemos noostros mismos.
ResponderEliminarUn beso
No se..me gusta creer todavía en muchas cosas que creía de niño…me ha gustado tanto este posteo que algo he de poner en algún momento en el mío diciendo que me lo he pirateado del tuyo no te preocupes…
ResponderEliminarQuizá de vez en cuando, los adultos deberíamos despegarnos de la realidad a ver que sale.
ResponderEliminarFelicidades por el premio
Muchos besos guapa
Yo también creía en muchas cosas... Es bastante desilusionante descubrir la verdad. Y aún así, siempre preferimos conocerla.
ResponderEliminarSomos más raros... :D
Yo no he debido crecer aún, porque me encanta seguir creyendo en todo eso. Y además procuro transmitírselo a mi hija, que cuando sea mayor se acordará de las tonterías que decía su papá. :)
ResponderEliminarEnhorabuena preciosa! Desde luego te mereces eso y más. El post de hoy me ha parecido precioso. Te diré que yo también he crecido, pero intento evitar jugar con fuego por si de noche...
ResponderEliminarUn beso enorme!
¿Y por qué dejar de soñar cuando nos hacemos mayores? seguramente eso sea una de nuestros principales problemas, el empeñarnos en ver todo racionalmente, el no dejar un resquicio para lo no lógico, lo fantástico, la magia de los sueños y la magia de lo llamado real...
ResponderEliminarMe sigue haciendo ilusión el día de Reyes, sigo notando algo en mi estómago esa noche.....
Me sigue gustando hablar con el mar, con la luna, aunque mi conciencia me indique que nadie escucha...
y por si fuera poco, tengo la esperanza de que algún día pueda volar al estilo Peter Pan y vigilar los sueños de mis seres queridos....
¡enhorabuena por tu merecido premio! Un beso con amor. Marea@
Yo debo estar muy mal, porque todavía creo en la justicia. Besos
ResponderEliminarPues yo, cuando me levanto, mi me miro al espejo veo un demonio. Si es que con estos pelos.........
ResponderEliminarBesazos.