martes, 21 de octubre de 2025

Cena

 

El último hombre vivo de la Tierra preparaba cuidadosamente la cena de Nochebuena, una larguísima mesa ocupaba el centro de un gigantesco comedor esmeradamente decorado para la ocasión (gigantesco árbol incluido) y, dispuesta sobre ella, lucía una espectacular vajilla, unos lujosos candelabros y varios centros con motivos navideños. En la enorme chimenea, un agradable fuego calentaba la estancia.

El último hombre, una vez colocada la última servilleta, suspiró satisfecho y contempló, con los brazos en jarras, el hermoso decorado navideño, digno de una película de Hollywood, que había montado con paciencia y mucho trabajo.

A la hora de la cena, empezaron a llegar los invitados. Sonrió al escuchar el tintineo de las copas y los platos y saludó cálidamente a todos sus convidados. 

Por supuesto, los únicos platos que contendría comida serían los suyos, así como su copa sería la única en contener bebida, después de todo, sus fantasmales invitados no podían ingerir nada.



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