jueves, 21 de noviembre de 2024

OFRENDA

 

El anciano arrastró su viejo cuerpo al interior del templo, llevaba en sus manos artítricas un pequeño cesto con fruta y pan, su ofrenda diaria para el dios. La depositó con cuidado a los pies de la enorme escultura, se inclinó ante ella con dificultad y se dirigió, como cada día al dios para rogarle que le concediera la muerte. Tras más de cuatrocientos años, su único deseo era el descanso que el dios no le permitía.
El dios lo miraba con conmiseración, pero no la suficiente como para permitir morir al único creyente que le quedaba en el mundo. Al contrario que el viejo, él no quería morir.
El viejo se retiró afligido.
Al día siguiente traería otra ofrenda.



miércoles, 20 de noviembre de 2024

Espejo

 

Me miro desde el espejo, me sonrío e, incluso, me guiño un ojo. Me señalo y, moviendo el dedo, me pido que me acerque. Frunzo el ceño porque no obedezco, golpeo el cristal y comienza a romperse. Me oigo gruñir. 

Sólo cuando estoy a punto de salir, el terror puede más que mi fascinación y comienzo a correr desesperado para huir de mi imagen y la muerte.





  Mi madre tenía una figura de San Pancracio con su correspondiente ramita de perejil mustia y, la mayor parte del tiempo, castigado de espa...