jueves, 31 de octubre de 2024

Ayuda

 


Era muy pequeño y estaba solo. Llorando y llamando a su madre. Estaba solo, perdido y triste en medio del cementerio. Nadie puede ver eso y pasar de largo como si nada. Así que me detuve, le sonreí y le hablé para intentar calmarle. Él, poco a poco, dejó de llorar y me devolvió una sonrisa tímida y cauta. Extendí mi mano hacia él y él la tomó, ya sin miedo ni lágrimas. No podía dejarlo allí, tan solo y perdido, así que me lo llevé hasta mi tumba y ahora duerme junto a mí para siempre.




jueves, 10 de octubre de 2024

Destino final

 

Viajo encajonada entre un sudoroso señor cuya grasa me aprisiona y una señora casi igual de robusta, sudorosa y olorosa. El pasajero del asiento delantero habla y pregunta sin parar. Y desde el asiento del conductor llega un fétido aroma que llena el ambiente, ya de por sí cargado, del automóvil. Nadie parece dispuesto a abrir las ventanillas y, tal como voy, a  mí me resulta imposible. Para más inri en la radio no dejan de sonar una y otra vez las canciones más odiosas y estridentes que se pueda imaginar.

Tengo hambre, tengo sed, mi cabeza y mis músculos gritan de dolor. Voy en un viaje sin destino.

El demonio que conduce me sonríe a través del espejo retrovisor.

Nunca imaginé que el infierno fuera un eterno viaje en BlaBlaCar.




  Mi madre tenía una figura de San Pancracio con su correspondiente ramita de perejil mustia y, la mayor parte del tiempo, castigado de espa...