Y
ya van dieciséis los cumpleaños y yo no puedo faltar a mi cita
cumpleañera o me de despedirían de madre de manera fulminante.
Y
ya vamos por los dieciséis y con los dieciséis se acaba la ESO, con
nervios y estrés y cansancio y grandes notas, y se inicia el
Bachillerato con nuevos nervios y más estrés y, esperemos, notas
igual de grandes.
Ha
sido un año intenso para la cumpleañera: novios que van y vienen,
nuevos amigos, conflictos con los antiguos... La vida del
adolescente, ya se sabe, siempre en plena montaña rusa emocional y
llena de intensidad.
La
enana (bueno, vale, igual ya no es la enana) ha decidido volver a su
idea original de estudiar medicina y le sigue tirando lo
audiovisual.
Sigue
escribiendo genial y le sigue costando ponerse a ello.
Ha
vuelto a la lectura gracias (¡qué cosas!) a la música y se compra
todo libro que encuentre de Santi Balmes e Iván Ferreiro. Porque
ella, ahora, es muy indie. Adora a Love of Lesbian, Miss Caffeina,
Sidonie, Iván Ferreiro...
Cada
vez pasa menos tiempo con sus padres, o sea, con nosotros. Normal. Es
mejor estar con los amigos.
Sigue
tan discutidora y sarcástica y loca como siempre.
Sigue
tan divertida e inteligente como siempre.
Sigue
siendo la princesa de la casa, como siempre.
Dieciséis
años, dieciséis preciosos años llenos de vida, seguridad,
confianza, autoestima, alegría e ilusión.
Y
dice la tía que se hace vieja (¡JA!)
Dieciséis
años tiene ya mi bollito de nata y no sabéis lo orgullosa que estoy
de ella.
Bueno,
quizás sí que lo sepáis :)
¡FELIZ
CUMPLEAÑOS BOLLITO DE NATA!
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