miércoles, 16 de marzo de 2011

Un paraguas rojo


-->
Antes de dar paso al relato, quisiera comunicar, por si alguien estuviera interesado que digo yo que igual alguien lo está, que aquí al ladito, se me ha ocurrido abrir otro blog exclusivamente para cuentos y rimas infantiles. Así que si hay alguno o alguna o incluso, algún algo, a quien le apetezca leer esas cosillas mías para niños pues queda invitado a ir hasta allá y pasar un ratillo leyendo. De momento iré alternando cosas ya publicadas en Testamento de Miércoles con otras nuevas. Ah, sí, que cómo se va, pues es muy fácil, sólo hay que hacer un pequeño clic en El cofre de los cuentos (espero empezar a encontrar a alguien por aquel desván porque, de momento, está de lo más solitario :D)

Y ahora, sí, el relato de hoy, debajo de la foto:

Era una sombra soñadora que no llevaba nada bien eso de pasar la vida arrastrándose por suelos y paredes.


Era una sombra fantasiosa a quien disgustaba ser esclava de un cuerpo que ni atención le prestaba.


Era una sombra con su aquel de artista que abominaba de su negro color y soñaba con arco iris.


Era una sombra curiosa que anhelaba conocer otros lugares y otras sombras.


Y esta sombra soñadora, fantasiosa, artista y curiosa encontró, cierto día, un precioso paraguas de color rojo. Un paraguas tan brillantemente rojo que la sombra, incapaz de resistirse, se apartó del cuerpo al que vivía atada, se acercó a él y lo tomó entre sus negras manos.


En ese justo momento, el viento comenzó a soplar con muchísima fuerza. Y tiró del paraguas. Y el paraguas tiró de la sombra. Y sombra y paraguas salieron volando.


Y la sombra, por primera vez en toda su vida, rió a carcajadas. Por primera vez se sintió feliz y libre. Por primera vez sintió que los sueños podían hacerse realidad.


Agarrada a su paraguas rojo, la sombra soñadora recorre el mundo viendo todo cuanto soñaba ver y llenando sus sombríos ojos de todos los colores del planeta.


Desde el suelo,  pegadas a los pies de sus amos, otras sombras soñadoras la ven pasar y sueñan en encontrar, ellas también, un paraguas rojo que las eleve y las lleve rumbo a la felicidad





8 comentarios:

  1. Yo por eso cuido mi sombra y le doy gratos momentos, no se que se me escape con algún paraguas de color brillante..vamos a por los cuentos!

    ResponderEliminar
  2. Qué cosa más linda....Me quedo como tonta mirando hacia el cielo buscando...esa sombra y ese paraguas....Besos

    ResponderEliminar
  3. Y yo me pregunto: qué fue antes, tu relato o la foto. Si fue lo segundo me maravillo de nuevo de tu facultad de crear.

    ResponderEliminar
  4. Tnf25: Eso, tú cuídala bien si es que la tienes en estima, no sea que se largue sujeta a un paraguas rojo, o amarillo o hasta a uno azul ;)

    WinnieO: Si la ves, mándale un saludo de mi parte ;)

    Shysh: La foto, primero fue la foto, que me encantó y me inspiró al instnate :)

    ResponderEliminar
  5. Triste destino el de algunas sombras que no encuentran paraguas rojos...

    ResponderEliminar
  6. Necio-Hutopo: Muy triste, sobre todo porque son mayoría...

    ResponderEliminar
  7. La mía encontró un paraguas verde y se largó, como Curro, al Caribe.

    ResponderEliminar
  8. ... y así dejó de ser "La mala sombra", ¡Vaya chiste malo!
    Como siempre Nanny, el relatoes precioso y nos demuestra que hay que desprenderse de ciertas cosas.
    Besicos muchos-
    Ah, ahora me paso por los cuentos infantiles.

    ResponderEliminar

Yo ya he hablado demasiado, ahora te toca a ti...

Karma

  El viejo monje observaba la delicada mariposa posada en su dedo. ‒Una vez fui como tú -le dijo-, y una vez tú fuiste como yo. Lo recuerdo ...