Retiro
¡Qué descansada vida
la del que huye el mundanal ruido
y sigue la escondida
senda por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido!
De vez en vez busca el escritor -un escritor, algún escritor, quizás no cualquier escritor- un lugar de reposo y silencio, un lugar de trabajo y soledad, un lugar donde vivir en comunidad alejado de la comunidad.
De vez en vez busca el escritor -un escritor, algún escritor, quizás no cualquier escritor- un lugar de refugio donde soñar y escribir, meditar y escribir, pasear y escribir, vivir y escribir, sobre todo escribir y escribir.
Por eso, de vez en vez, llega a Orzeán un escritor, algún escritor, quizás no cualquier escritor, buscando ese retiro y esa paz que necesita y ansía.
Llega -llegan- a Orzeán ligeros de equipaje pues no es mucho lo que aquí -allí- se precisa pero cargados, faltaría más, de resmas de papel, lápices y otros útiles para escribir. Llega el escritor -un escritor, algún escritor, quizás no cualquier escritor- unas veces vacío de ideas y otras veces tan repleto de ellas que parece a punto de explotar. Eso sí, llega -llegan- siempre con sed de palabras escritas y con hambre de soledad en comunidad.
No es fácil de encontrar este -ese- viejo monasterio de Orzeán. No es fácil de encontrar a menos que antes se le sueñe, se le cree y se le recree en el mundo onírico. No es fácil llegar hasta Orzeán sin antes haberlo visitado decenas de veces, atravesando la fina línea que separa la vigilia del sueño o el sueño de la vigilia.
Tantas veces ha de ser cruzada esta línea en un sentido y en el otro que ha de llegar el momento en que la distinción entre uno y otro lado se vuelva confusa. Sólo quien logra llegar a este estado de confusión, sólo quien logra estar igual de cómodo en el mundo real que en el mundo de los sueños, será capaz de llegar a este -ese- viejo monasterio de Orzeán.
Es por esto que sólo de vez en vez llega hasta aquí -allí- un escritor -el escritor, algún escritor, quizás no cualquier escritor-, para unirse a su -nuestra- comunidad, alejarse de este -aquel- mundo llamado real y empaparse de la serena soledad que rodea los muros del vetusto edificio. Allí, sumergido en el sonoro silencio lleno del susurro de cientos de voces y docenas de plumas, el escritor -un escritor, algún escritor, quizás no cualquier escritor- medita y trabaja, trabaja y medita, recobrando la fuerza y el deseo de volver sin saber muy bien si está en un sueño y ha de regresar a la realidad o si está en la realidad y ha de retornar al sueño.
Porque allí -aquí-, en Orzeán, el escritor -un escritor, algún escritor, quizás no cualquier escritor- desconoce si es un ser real que sueña los vetustos muros o si esos muros y él mismo no son más que el producto onírico de algún durmiente desconocido.
Poco importa que sea realidad o sueño, sueño o realidad, mientras el escritor -un escritor, algún escritor, quizás no cualquier escritor- pueda seguir disfrutando, meditando y trabajando en este -ese- monasterio de Orzeán al que, de vez en vez, atraído por su soledad o por alguna misteriosa referencia leída en algún no recordado lugar o por los sueños repetidamente soñados o por la llamada silenciosa de la comunidad que allí -aquí- vive y convive, llega el escritor -un escritor, algún escritor, quizás no cualquier escritor-.
Dejo un curioso vídeo, con una curiosa versión de "The sounds of silence". Creo que vale la pena verlo :)
The sound of silence...¡qué maravillosa canción!!!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el juego de palabras y la historia contada.... Escribes TAN BIEN que dá gusto leerte Nanny.
Besos
Es maravilloso lo que has conseguido con mi monasterio inventado...Es un escrito sublime...de la mejor Literatura. Cuando publique, Orzeán, mi nuevo libro - ya escrito en gran parte aunque le estoy añadiendo nuevas páginas - tomaré esta entrada ( seré yo el que te pida permiso ) como introducción del mismo. Has hecho de Orzeán un lugar de peregrinaje de los sueños, que no otra cosa es lo que mueve la escritura y a los verdaderos escritores. Gracias por haberle dado una nueva dimensión a un espacio creado por la mente y ahora recreado por tí. Porque el mundo es mejor cuando el arte recrea la vida. Decía Oscar Wilde que eso es lo que debe hacer la existencia: seguir sus pasos y no al revés. Nanny Ogg...empezamos a compartir un universo. Y no sabes lo feliz que me hace.
ResponderEliminar"...unas veces vacío de ideas y otras veces tan repleto de ellas que parece a punto de explotar..."
ResponderEliminarNecesito la dirección de ese monasterio urgentemente. Un beso.
Supongo que todos (escritores o no) necesitamos un lugar donde conseguir lo que necesitamos o añoramos.
ResponderEliminarUn besitooo
No todo lo que existe es perceptible por los sentidos. Los sentimientos, los afectos, los pensamientos...no son tangibles pero ahí están. Con Orzeán ocurre lo mismo, su autor ya nos lo advierte: “ Resulta que Orzeán no es un lugar aislado. Sí, está entre las montañas de la mente y los ríos del corazón. “.
ResponderEliminarOrzeán, como muchos mitos, no hay que buscarlo, hay que encontrarlo, y tú Nanny -una escritora, alguna escritora, quizás no cualquier escritora- has sabido hallar ese lugar de reposo, de silencio...has comprendido que el camino interior es el que te permite atravesar el arco de Orzeán.
Me parece maravilloso este “Retiro” Nanny. Como decía Picasso “El arte es una mentira que nos acerca a la verdad” y, por lo que voy descubriendo en tus textos, tu arte nos acerca a la verdad.
Un fuerte abrazo.
¡Quiero más!!. Besos
ResponderEliminarLa experiencia es leerte con el tema de fondo !! Muy Lindo
ResponderEliminarSigue Jugando !!
Bss
Y bueno, creo que ya antes hablamos aquí y allá de los reinos oníricos, de sus habitantes, de sus edificios y creo que hasta de su gobernante...
ResponderEliminarPor cierto, no sé4 ya antes te había comentado sobre Sadman de Gaiman... Si no lo he hecho, recuerdame recomendartelo MUY ampliamente
WinnieO: Gracias, gracias, gracias :)... Y, sí, The sounds of silence es una canción maravillosa y que a mí me encanta :)
ResponderEliminarEmilio: Puedes usar el texto, por supuesto, a fin de cuentas fue tu creación quien lo inspiro y justo es que, si yo tomo prestado, preste a mi vez :). Gracias a ti por permitirme conocer Orzeán y darme un fantástico motivo de inspiración.
Susana: Ya lo digo en el texto: a Orzeán se llega por el camino de los sueños, no hay otro ;)
Acoolgirl: Efectivamente, todos necesitamos un lugar al que poder retirarnos de vez en cuando, ya sea un lugar real o imaginado...
Mari Carmen: No era difícil de encontrar este monasterio escondido, Emilio ya nos había mostrado el rumbo y nos había llamado hacia él.
No sé si mis textos pueden hacer algo tan importante como acercar a alguien a la verdad (cualquiera que esta sea), desde luego no pretenden algo tan sublime porque me falta maestría para semejante hazaña. Yo ya me conformo con que quien me lee pase un ratillo agradable :)
Hernán: Hummmm... vale, quieres más pero... ¿más de qué? ¿de Orzeán? ¿de retiros? ¿de sueños? Anda que llego a ser chinchosa... :D
Un gramo de locura: Es cierto, leer con la música de fondo, parece que hasta mejora el texto ;) Muchas gracias, seguiré jugando sin duda.
Necio-Hutopo: Sí que hemos hablado mucho de reinos oníricos, de sus habitantes y hasta de sus señores. Y sí, también me has hablado de Sandman, lectura que tengo pendiente desde hace tiempo, tanto por recomendación tuya como de mi marido.
me encantas eres una genio!!!
ResponderEliminarEntré a tu blog por casualidad, me pareció magnífico. Te felicito.
ResponderEliminarAprovecho para invitarte a visitar el mío que es de literatura.
Un saludo desde Argentina.
Humberto.
www.humbertodib.blogspot.com
El juego de palabras, me gusta.
ResponderEliminarAún recuerdo: Peligro,Prohibido,mágico...
Siii, me gusta mucho...
Cariños, Nanny!!
¡Qué bonito lo has contado y qué cercano se siente¡
ResponderEliminarEn mi "Orzéan" particular las bóvedas y los muros son sonoros..
Sólo los sonidos me construyen monasterios en los que "empaparme de serena soledad"....La música suele arrancarme las turbulencias de la otra soledad, la que duele, y conducirme al claustro de Orzéan...
Muy lírico y hermoso, Nanny.
Una gozada leerte Nanny.
ResponderEliminarEncontrar una vida retirada del mundanal ruido es lo que quisiéramos todos aquellos que sentimos en nuestras propias carnes, esa necesidad urgente de crear.
Pasaré a leer a Emilio Porta.
Si está recomendado por ti, no se hable más.
La calidad está garantizada.