El anuncio de aquella vidente-curandera-médium lo ponía bien claro: “Sólo cobro la voluntad”. Como todo el mundo sabe -y si usted no lo sabe, ya se lo cuento yo-, una vidente-curandera-médium que sólo cobra la voluntad es una auténtica vidente-curandera-médium. Nada que ver con esas estafadoras -y estafadores- que te hacen pagar un dineral por sus pócimas-videncias-contactos. O eso dicen los que dicen que saben lo que dicen.
Tenía, además, fama de ser buenísima, infalibilísima y estupendísima, con lo cual su consulta estaba siempre llena de gente doliente y paciente, muy paciente, porque tenían que esperar horas y horas antes de ser atendidos por la famosa vidente-curandera-médium.
Y todos salían contentos, felices y relajados. Al menos eso parecía por las enormes y vacuas sonrisas con la que salían de la pequeña salita-despacho-consulta de la única, auténtica y extraordinaria vidente-curandera-médium.
Si alguno -o alguna- de los que en la salita de espera esperaban con paciencia de pacientes hubieran tenido un mínimo de capacidad de observación, habrían encontrado dichas sonrisas un poco demasiado vacuas y las expresiones de los dueños de las susodichas un poco demasiado relajadas. Vamos, que si alguno -o alguna- se hubiera parado a observar y pensar quizás habrían encontrado algo más que sospechoso en la mirada perdida, la expresión beatífica y el silencio extasiado de todos aquellos que abandonaban el lugar tras haber recibido la curación-videncia-mensaje del más allá. Pero, al parecer, nadie encontraba nada sospechoso al respecto y la señora vidente-curandera-médium seguía trabajando y cobrando, como auténtica que era, tan sólo la voluntad.
El problema, claro, llegaba a la hora de pagar esa “voluntad”. Era entonces cuando los clientes-pacientes se enteraban de que cuando la maravillosa bruja hablaba de “voluntad” no se refería a la décimoprimera acepción del diccionario (U. como fórmula para pedir un precio o un donativo cuyo importe queda a discreción del prestatario.), ni tampoco a la décimosegunda (coloq. propina (‖ gratificación).)
Cuando la vidente-curandera-médium pedía la voluntad hacía referencia, más bien, a la primera (Facultad de decidir y ordenar la propia conducta), segunda (Acto con que la potencia volitiva admite o rehúye una cosa, queriéndola, o aborreciéndola y repugnándola) y tercera (Libre albedrío o libre determinación) acepción del mismísimo Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.
De ahí las sonrisas vacías y las expresiones embelesadas que todos identificaban con la felicidad de la curación o de las buenas noticias del más allá y que nadie reconocía como la vacuidad del títere sin cerebro.
O quizás es que, a fin de cuentas, tampoco es que llegaran con más arbitrio del que llevaban al salir.
En realidad, la inmensa mayoría ni tan siquiera percibía algún cambio.
algo falla.
ResponderEliminarbicos,
Aldabra: Pues sí, fallaba que o blogger o el chrome se me habían comido dos párrafos... a ver quién entendía algo :D
ResponderEliminarQué bueno. Me encanta. Bueno, siempre me encanta.
ResponderEliminarMe encantan las dos últimas frases.
ResponderEliminarSon el mejor resumen del cuento.
Besos.
Qué bueno. No me extraña que no percibieran ningún cambio. Un beso.
ResponderEliminarKoti: Me encanta que te encante y que siga así por mucho tiempo :)
ResponderEliminarTesa: Es cierto, yo también creo que esas frases resumen perfectamente el cuentito... lamentablemente.
Susana: Ya sabes que hay personas que usan tan poco de su voluntad que les da lo mismo tenerla que no.
¡Muy bueno!
ResponderEliminarMe ha gustado lo de "como todo el mundo sabe, una vidente-curandera-médium que sólo cobra la voluntad es una auténtica vidente-curandera-médium". Creo que hay algo de cierto ahi; hace muchos años mi hermano tenia mal la rodilla y, despues de pasar por el medico de cabecera y un traumatologo sin que la cosa mejorara mucho, le llevaron a un curandero que no solo cobraba la voluntad sino que encima era ciego. No se lo que paso en la consulta pero mi hermano salio blanco y tuvimos que ir a una cafeteria porque parecia que se iba a desmayar. Nunca mas se volvio a quejar de la rodilla.
Pues sí, efectivamente, quien necesite de la ayuda de una vidente-medium.curandera para resolver sus problemas en lugar de ponerse a resolverlos por sí mismo es que tal vez mucha voluntad de resolverlos no tenía...
ResponderEliminarEs magnífico, Nanny. Y además un relato de una gran inteligencia. Me ha fascinado. Ese vaciado de voluntad que conlleva, previamente, una determinada "alienación" se produce en muchos ámbitos. Hay que ir en rescate de la libertad de pensamiento, de la capacidad crítica, de la distancia respecto a lo que nos dicen y cuentan. Aunque, como buena hada/bruja bien sepas que hay cosas que se nos escapan. Es la magia. Que existe. Sobre todo dentro de nosotros.
ResponderEliminarPort
Eso si, nadie puede decir que su publicidad sea engañosa!! Jajaja!!
ResponderEliminarUn besoteee
mal asunto los que solo cobran la voluntad, mucha voluntad hay que tener para darles algo..
ResponderEliminarEso de la "voluntad" es una de las más antiguas estrategias de marketing. En este caso nuestra pícara pitonisa ha hecho uso de la letra chica del acuerdo y se ha quedado con la capacidad de decisión dec los clientes que casualmente tambien se llama "voluntad". Magn{ifico cuento. Besos
ResponderEliminarEso de la "voluntad" es una de las más antiguas estrategias de marketing. En este caso nuestra pícara pitonisa ha hecho uso de la letra chica del acuerdo y se ha quedado con la capacidad de decisión dec los clientes que casualmente tambien se llama "voluntad". Magnífico cuento. Besos
ResponderEliminarah!!! lo vi venir!
ResponderEliminarUna persona creativa, un blog de calidad entre los muchos de escritores aficionados. Por favor continúa en esa línea hasta que no te hagamos falta los lectores de blog y tengas los de tus libros editados.
ResponderEliminarEnhorabuena y gracias por tus textos.
jjaaj muy bueno.
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