Como dios no es que fuera gran cosa. Siendo sincero consigo mismo debía admitir que, en realidad, como dios era un completo desastre.
El dios se revolvió, resoplando, en su cama de éter. El polvo y el gas de una nebulosa cercana salieron despedidos a varios años luz de distancia.
Un par de galaxias habían nacido y habían muerto desde que perdió su único planeta en una partida de dados contra otro dios.
Podía haber intentado crear otro pero es que, vaya, eso de crear no se le daba demasiado bien. En el planeta que perdió había invertido millones de años. Moldearlo y crear la base geológica le costó un esfuerzo sobre-divino; sudó tanto que los primeros océanos le quedaron algo salados, algo ácidos y... bueno, algo “olorosos”. Y esa fue la parte sencilla. Lo peor vino con la creación de animales y plantas. Puf. Ahí sí que se las vio y se las deseó. La de bosquejos, croquis y maquetas que llegó a hacer para luego deshacerlos. Cuando perdió el planeta aún estaba trabajando en ello; incluso recordaba con cariño su último proyecto: un animal enorme, de tres cabezas, con enormes colmillos, varias patas y miembros superiores tentaculares. Francamente tenía que reconocer que no parecía muy funcional pero era, sin la menor duda, lo más original que había creado.
Pero, bueno, todo eso ya daba igual porque había perdido su planeta contra ese otro dios. Luego ya no le habían quedado ganas de dedicarse a crear otro.
Había decidido tomarse varios millones de años sabáticos y viajar por todos los universos que pudiera. Ya tendría tiempo de crear otro mundo. De momento prefería seguir meciéndose entre planetas, nebulosas, galaxias y estrellas.
Disfrutaba enormemente de la languidez que le ofrecía la pereza.
El dios bostezó y casi se atraganta con una lluvia de meteoritos que se le coló en la boca. Se estiró varios miles de años luz. Tomó un cúmulo estelar próximo para usarlo como almohada y continuó deslizándose en el vacío espacial, durmiendo su siesta milenaria, dulcemente arrullado por la música de las esferas y sacudiéndose, de vez en cuando, algún cuerpo celeste que le hacía cosquillas en la nariz.
La verdad es que ser dios, el que sea, tiene que ser muy aburrido. Una vez que tienes todo creado, que ya funciona todo ¿qué le queda a él? aburrirse y esperar, no se sabe a quá.
ResponderEliminarAburrido y cansado... todo el dia pensando que crear, en ser original, creativo, para que luego llegue otro dios y lo haga mejor que tu y mas fácil, con mas gusto... ¡Anda! ¡Como tener un blog!
ResponderEliminarMuy bueno y original, nanny
Pues a mi me parece que "hay que valer para ser Dios" Yo no valdría..jajaj Besos y me ha gustado por original
ResponderEliminarNanny: Hemos creado miles de dioses y nadie los ha visto jamás...pienso que necesitamos tanto creer en algo para vivir...preferiría como los ancestros adorar a los cielos,el fuego, el agua...las fuerzas de los elementos de la Naturaleza...
ResponderEliminarFantástica entrada, amiga mía...plena de Imaginación...y dioses jajjaja
Vaya Dios cutre
ResponderEliminarFdº: Lucifer
Jajaja!!! Yo también quiero tomarme miles de años sabáticos!!! Prometo no aburrirme!!!
ResponderEliminarPor cierto... solo nos hace falta que los dioses se nos vayan jugando... jajajaja!!!
Un besín!
Así va el mundo con un Dios que se tira a la bartola años y años... Jajaja!!!
ResponderEliminarUn besitooo
Estoy con Ernesto, pero... menudo trabajo de "dioses chinos" hasta crear un planeta tan magnífico como el nuestro.
ResponderEliminarBesitos
Tanta dedicacion y asi le pagamos nosotros , consumiendo su planeta dia a dia.
ResponderEliminarPerdon por la onda..me gusto tu mundo imaginario y la pelea de dioses por poseerlos
Bss
Ser DIOS, eso de crear y crear no debe ser taan aburrido. Es más, creo que es genial, si pensámos en lo que necesito, para cubrir mis necesidades. Si lo puedo crear, me parece perfecto.
ResponderEliminarLo más triste es crear un mundo/universo, para que sus habitantes lo destruyan. No me parece correcto.
Pero bueno, no todo tiene que ser perfecto.
Excelente, texto... Besos, abrazos Nanny...
Es espectacular tu texto Nanny.
ResponderEliminarCreo que cuando Dios llegó a crear el hombre, ya estaba cansado, y por eso le salió lo que le salió. Y lo peor no es eso.
Lo peor es que encima se cree que es el Rey de la creación.
Lo que llega a dar de sí la ignorancia.
¡Qué dura la profesión de dios estelar! ¡Además, será inmortal! No me extraña que quiera echarse una siesta de millones de años, para lo que le queda de vivir...
ResponderEliminarTal vez se tendría que introducir en una burbuaja temporal y mandar a hacer puñetas su eternidad.
Imaginación... DIVINO tesoro el que tu tienes.
Un gran abrazo, amiga.
Buena idea la creación de este Dios. Creo que deberías usarlo como protagonista de más relatos, da juego. Un beso
ResponderEliminar¡Qué Dios más vago! Ya podría esmerarse en crear otro planeta, en vez de tanto dormir.
ResponderEliminarVago, más que vago.
Besotes