domingo, 17 de febrero de 2008

Mariposas y virutas


Para Nani… espero que te guste.


La niña afilaba sus lápices de colores y sonreía.


El lápiz amarillo.


El lápiz rojo.


El lápiz celeste.


El lápiz verde.


Uno por uno los afilaba y trataba de imaginar cómo serían las mariposas en que se transformarían.


Porque alguien, no se sabe quién, le había contado que si guardaba las virutas de los lápices de colores en un tarro y lo deseaba con mucha, mucha fuerza, al día siguiente se habrían convertido en preciosas mariposas de colores.


Y por eso ahora la niña afilaba sus lápices de colores y sonreía.


El lápiz rosa.


El lápiz rojo.


El lápiz marrón.


El lápiz blanco.


Iba dejando caer las virutas en un tarro de cristal y sonreía.


Cuando los hubo afilado todos, guardó los lápices, cogió el tarro y lo puso cerca de la ventana.


Aquella noche la niña soñó con paisajes pintados con lápices de colores: árboles cuyas copas eran de un tupido verde claro, nubes de color celeste, soles amarillos con sonrisas rojas, pájaros que eran finas líneas azules o negras o marrones, montañas verdes con cimas siempre blancas, una casa amarilla con un tejado rojo, cortinas de color rosa y humo gris. Y, en medio del paisaje de lápices de colores, una niña de falda blanca y trenzas, corriendo tras un montón de mariposas de todos los colores y de todos los tamaños.


A la mañana siguiente, con los ojos llenos de colores, corrió a ver qué había pasado con sus virutas.


El tarro de cristal estaba vacío.


Levantó los ojos y vio pasar a una mariposa de color blanco junto a otra de color marrón.


- ¡Mis mariposas! – Exclamó - ¡Esas son mis mariposas! ¡Seguro!


Y corrió en busca de su madre y, con los ojos llenos de entusiasmo y los labios plenos de sonrisas, le contó la mágica transformación de las virutas.


Era tanta la ilusión que derramaba, tanta la alegría que irradiaba, que su madre se sintió incapaz de confesarle que, en realidad, las virutas seguían siendo virutas, y que si ya no estaban en el tarro de cristal era porque ella, que no sabía nada del experimento de su hija, las había tirado a la basura esa misma noche. Y que aquellas dos mariposas habían pasado junto a su ventana en ese justo momento por pura casualidad.


Así que la niña siguió creyendo durante mucho tiempo que las virutas de los lápices de colores podían transformarse en mariposas sólo con desearlo con mucha fuerza. Y durante muchos días siguió afilando sus lápices y guardando las virutas en tarros de cristal (soñaba con llenar el mundo de mariposas de todos los colores).


Y durante muchas noches soñó con preciosas mariposas hechas de virutas.


Y su madre siguió vaciando los tarros día tras día, y sonriendo cada vez que su hija le contaba que el milagro había vuelto a producirse aquella mañana. Y nunca le contó la verdad.


Y cuando la niña se hizo mayor, tan mayor como su madre, aún seguía conservando un poco de aquella magia y de aquella ilusión y, de vez en cuando, volvía a soñar con paisajes pintados con lápices de colores donde una niña con trenzas perseguía mariposas de virutas.



P.S. Me acabo de enterar que Musi (otra que se ha vuelto loca, pobre, tan joven...) me ha dado otro premio "Este no es un mal blog" y yo, la verdad, es que ya no sé ni cómo dar las gracias ni cómo evitar ponerme roja de vergüenza... Muchas gracias y pásalo bien en París.

35 comentarios:

  1. Yo he visto mariposas de virutas en mi ventana anoche. Bicos.

    ResponderEliminar
  2. A veces la fantasía no está en nuestra mente, sino en las manos de quien puede hacernos felices por un momento.

    ResponderEliminar
  3. Álex: ¿Y no corriste tras ellas? Habría estado bien que me trajeras una :P

    Tesa: ... Y cuesta tan poco, a veces, hacer feliz a alguien ;)

    ResponderEliminar
  4. a mí me pasó con un botón chiquinino que encontré en una maceta de mi balcón, durante mucho tiempo pensé que se le había caído a un duende.

    Y en realidad era el botoncito de una muñeca...que se le debió caer...


    cosas de críos jaja.

    ResponderEliminar
  5. Que bonitooo. No hay que dejar escapar esas ilusiones nunca, verdad???

    Un besitooo

    ResponderEliminar
  6. ¡pero cómo no le va a gustar a Nani si ella es una madre con una estanteria llena de cosas parecidas a tus tarros de mariposas!
    Magnífico relato para afrontar el Domingo noche ¡gracias! mientras sigas existiendo gente que CREA EN LAS HADAS, seguirá existiendo la magia ¡yuju! ¿cuándo tendré un hijo al que poder contarle todo esto?
    Un besito linda y empieza bien la semana

    ResponderEliminar
  7. Nanny ¡se me han saltado las lágrimas! y si Mariapan pudiera contarte... te diría entre otras cosas que a Nani le cuesta mucho llorar y que se le salten las lágrimas. Si tuviera que decirte gracias con la boca, no podrían porque tengo un nudo en la garganta.
    Gracias de verdad. Mientras existan Mariposas de virutas, Nomos en las macetas (de eso Mariapan sabe mucho)y quese comen la comida de frigorífico por la noches, y HADAS COMO TÚ el mundo tiene otra cara y las sonrisas y las lágrimas de felicidad,nos harás más personas.
    GRACIAS DESDE ELCORAZÓN
    Nani

    ResponderEliminar
  8. Porrrras, acabo de vaciar en la papelera el recoge-virutas de mi sacapuntas, con todas las peladuras de los lápices de colores de mi niño (y míos, que los uso para subrayar, jejejejej). Creo que me has dado una idea, Nanny; voy a llenar un tarrito con ellas, seguro que en mariposas no se convertirán, pero como elemento decorativo va a molar. Cuando lo tenga lleno, colgaré una foto.

    Besazos.

    ResponderEliminar
  9. ... Cuánta magia hay en los niños... ¿por qué se irá diluyendo a la vez que cumplimos años?... bueno algunos....

    Un beso. Mare@

    ResponderEliminar
  10. Carmncitta: Pero... ¿tú estás segura de que, en realidad, era el botón de una muñeca? ¿Seguro, seguro que no pertenecía a un duende? ¿eh? ;)

    Acoolgirl: Pues yo diría que mejor no dejarlas escapar. Total, no estorban y ayudan mucho :)

    Mariapan: ¿En las hadas? ¿Quién cree en esas pijas insoportables? ¡Por favor! En esta casa sólo se respeta a las señoras brujas, las hadas son demasiado ñoñas... creer en hadas... buffff... :D

    Nani: Y yo ¿qué digo? Me has dejado sin palabras. No pensé que pudiera cuasarte esa reacción. Gracias a ti... y yo no soy un hada... soy bruja, pregúntale al husband y verás... ¡qué manía! :P

    Illyakin: Hey, esa foto quiero verla yo. Nunca se me habría ocurrido pero me parece una idea estupenda como elemento decorativo :)

    Mare@: Porque la realidad es muy pesada, por eso. Pero siempre tenemos la posibilidad y la capacidad de guardarnos aunque sea un poquito de esa magia infantil ;)

    ResponderEliminar
  11. Y bueno... primero que nada enhorabuena por tu... mmm... dejémoslo en enésimo premio...

    De lo otro... pero, cómo, las virutas de los lápices de colores en realidad NO se convierten en mariposas?... Ahora entiendo porqué reprobaba mis exámenes de biología...

    ResponderEliminar
  12. Preciosa historia. Voy a afilar mis lápices. Un beso.

    ResponderEliminar
  13. Me da una envidia... Yo nunca he creído cosas como ésas. Virutas en mariposas, semillas que germinan en el estómago, en hadas (que sí que me parecen ñoñas XD) o en brujas.

    Siento que me he perdido un montón de cosas :(

    Pero hasta los ocho o nueve años creí en los Reyes Magos ¿eh? No se piensen que una ha sido siempre racional.

    Por cierto, me encantó la carta de Satán. Pobre :D

    Espero que estés recuperada del todo.

    Un beso muy fuerte, Nanny.

    ResponderEliminar
  14. Tal vez parezca tonta, pero cuando yo era chica, jugaba con los lápices y armaba historias con ellos, creo q armaba historia con cualquier cosa. Me gusta recrear aún mundos de fantasías... por qué dejar de creer en ellos!

    ResponderEliminar
  15. Hay pocas cosas que hagan mas feliz a un niño que la mágia..yo estaba convencida de que en mi casa habia pasadizos secreto que daban a cualquier parte del mundo y solo tenia que buscarlos bien

    ResponderEliminar
  16. Esta historia me ha recordado a una película. "La vida es bella" si no la has visto te la recomiendo, aunque es bastante mas triste que tu historia, aviso.

    Besos!

    ResponderEliminar
  17. ...snif...snif...yo...yo...creo en esas pijas insoportables...snif...y en las brujas....tambieén...snif...snif...y en Shreck...snif...y en Peter...snif...y en esas pijas insoportables también...snif :(

    ResponderEliminar
  18. Necio Hutopo: ¡Cachis que he metido la pata! Eeehmm... nada... tú, ni caso: las virutas de los lápices de colores, efectivamente, se transforman en mariposas, eso lo sabe todo el mundo y, además.... mmm... esto... ah, sí, las pajaritas de papel tienen un canto más hermoso que el de.. el de... a ver... ¿los gorriones? Y... mmmm... esto... ¿qué más? Ajá... la vía láctea está hecha de granitos de azúcar que se le caen a la luna que es una golosa de mucho cuidado.... y... y... bueno, con esto ya vale para recuperar la fantasía ¿no? Pues eso...

    Susana: ... Y no te olvides del tarro de cristal. También vale un vaso de nocilla :)

    Miss Sinner: Tch, tch... no es posible que no hayas creído en ninguna de esas cosas. Pues nada, a partir de ahora te ponemos como deberes que te aprendas la lista que le he puesto a Mario (Necio Hutopo) y, además, añádele... a ver... que la niebla es causada por unas nubes perezosas que, tras pasar la noche en la tierra, no son capaces de despertarse y volver a su sitio (esta es invención de la enana y te la prestamos). Yo creo que con esto, para empezar, ya tienes :D

    Ana Ortiz: Eso no es ser tonta: eso es tener mucha imaginación, y eso siempre es bueno ;)

    Beatriz: ¿Y estás completamente segura de que no existen esos pasadizos? ¿Eh? Busca, busca por si acaso ;)

    erMoya: He visto "La vida es bella" y tanto como parecerse a mi historia... por aquello del padre que mantiene la ilusión del niño, pero nada más :)

    Mariapan: Vale, vale, no te pongas así. Puedes creer en esas ñoñas-cursis-pijas-insoportables. Con Shreck no hay ningún problema y con Peter Pan... bueno, va, tampoco, un poco pesao el niño pero vale, vale... Va, deja de llorar o vendrá el "Hada Roba Lágrimas" y te dejará sequita :P

    ResponderEliminar
  19. Esta creencia infantil de las virutas metamorfoseadas en mariposas es una de las que -como te dije- no forman parte de mi archivo de recuerdos. En su momento (post anterior) me llamó la atención por original y poética. Ahora lo entiendo. Es que mi madre nunca se dedicó a recogerme las virutas a escondidas. Precioso cuento; un beso.

    PS: ¿lápices de colores o creyones?

    ResponderEliminar
  20. Las vi volar acariciando la mañana, haciendole cosquillas al viento y chapotear en los labios del despertar. Incluso me guiñaban el ojo las muy descaradas.

    PD: Explicame tu comentario en mi blog please.

    ResponderEliminar
  21. Qué cuento tan bonito! sabes que mis niños juegan a lo mismo? Tienen las mesas llenas de botes llenos de virutas, gana el que la tenga más grande. La viruta... Y también reúnen "ralladuras" que son las puntas de lápices machacadas. No sé, será para pintarle las alas a las mariposas...

    Un besote enorme!

    ResponderEliminar
  22. Que precioso post!!!

    Me encanta soñar, y aunque ya se lo que puede doler soñar tanto, sigo pensando que es de las cosas bonitas de la vida

    Un beso guapa

    ResponderEliminar
  23. debieramos de preocuparnos mas por matener la magia delos niños viva..que por principioy fin de cuenta es la magia delmundo...

    ResponderEliminar
  24. Pues te vas a reir, pero con lo que le gusta a mi hija las mariposas y lo que le gusta sacarle punta a las pinturas hasta agotarlas para hacer tarros llenos de virutas de colores, ya tengo una historia tuya que contarle y tenerla un rato entretenida. Un beso

    ResponderEliminar
  25. Pues te vas a reir, pero con lo que le gusta a mi hija las mariposas y lo que le gusta sacarle punta a las pinturas hasta agotarlas para hacer tarros llenos de virutas de colores, ya tengo una historia tuya que contarle y tenerla un rato entretenida. Un beso

    ResponderEliminar
  26. Hoy me siento niña... asi que voy a afilar todos mis lápices. guardare sus virutas, y esperare pacientemente a que tomen forma de mariposa, y cuando eso suceda, les pedire que me lleven con ellas en su vuelo al país de la fantasía.
    Como siempre me ha encantado tu escrito....un besoooooooo

    ResponderEliminar
  27. Me ha encantado lo de las mariposas...
    que inocencia...

    Un besito Nanny y felicidades por el premio

    ResponderEliminar
  28. Yo, por suerte o por desgracia, siempre he tenido un hermano que se encargaba de reventarme las fantasías (esto me hace pensar que algunos niños son muy crueles...), pero nunca es tarde para volver a tenerlas... ¿verdad? :)

    BESAZOS

    ResponderEliminar
  29. P R E C I O S O


    Y no tengo nada más que añadir :)

    ResponderEliminar
  30. ¿Te puedes creer que por un momento hasta me creí lo de las mariposas?

    Ojalá sintiéramos esa mágica inocencia de los niños, ¿verdad?

    Besos!!!

    PD: Si no recuerdo mal estabas un poco pachucha del resfriado no? ¿Cómo te encuentras? Espero que estés mejor :)

    ResponderEliminar
  31. ajá, o sea que os habéis propuesto destruirme la infancia no??? qué bonito!!!!

    Me ha gustado mucho el cuento, y me ha emocionado :)
    supongo que vemos lo que deseamos ver, y es importante creer en esa magia

    un beso!!

    ResponderEliminar
  32. Te mando al tablón directa, este cuento me ha encantado. Es precioso, eres genial, no me extraña que te den tantos premios. o_-

    Besotesssssssssssssssss

    ResponderEliminar
  33. Hola, he llegado desde el tablón de Patri :) y he decidido que si las nubes hoy no me van a dejar ver la luna me dedicaré a fabricar mariposas, parece una receta fácil para algo tan hermoso. Preciosa historia. Un abrazote de colores

    ResponderEliminar
  34. la verdad esta mui bonito este cuento lo agarre para ponerlo en mi p´royecto de cuentos esta mui lindo!!FELICIDADES!!

    ResponderEliminar

Yo ya he hablado demasiado, ahora te toca a ti...

Karma

  El viejo monje observaba la delicada mariposa posada en su dedo. ‒Una vez fui como tú -le dijo-, y una vez tú fuiste como yo. Lo recuerdo ...