miércoles, 23 de julio de 2008

¡Asco de vida!


Planificaba sus crímenes con sumo cuidado.


Primero seleccionaba meticulosamente a sus víctimas: nunca coincidían ni en sexo, ni en raza, ni en edad ni en cualquier otra característica que pudiera vincularlas entre sí o con él mismo. Las seguía durante semanas; se aprendía de memoria toda su rutina: a qué hora salían de casa, a qué hora regresaban, cuando entraban a trabajar, cuando salían, el momento exacto en que escapaban a fumarse su primer cigarro de la jornada laboral, el lugar y la hora de su café de media mañana, los comercios en los que realizaban sus compras, los bares donde tomaban unas copas… En fin, se convertía en un experto en las vidas de aquellos a quienes quería liquidar.



Habiendo recopilados todos los datos necesarios, elegía el día, la hora y la forma del secuestro. Y, según cómo fuera la víctima, decidía también el tipo de tortura que le tenía reservado.


No dejaba nada al azar. No se descuidaba en nada. No se permitía dejar ni el más mínimo rastro. Estaba seguro de que era el mejor serial killer de la historia… aunque nadie pudiera ni imaginarlo.


Una vez realizado el traslado de la víctima a casa, la arrastraba hasta el sótano – insonorizado, por supuesto -, la ataba a su “mesa de trabajo” o la colgaba de la pared (todo dependía del humor que tuviera aquel día) y, desnuda y lista para el “sacrificio”, la obligaba a contemplar todo su instrumental quirúrgico – especialmente los escalpelos, bisturíes, sierras y tijeras – y, con todo esto ante su vista, les iba narrando, con todo lujo de detalles, lo que iba a ocurrirles: cómo iba a cortar, abrir, extraer, rebanar, desmembrar, amputar, castrar, cercenar y, en fin, cómo iba a acabar lentamente (y sin anestesia) con su miserable vida.



Disfrutaba intensamente de ese momento de poder y, seguidamente, elegía con esmero el instrumento cortante con el que iba a comenzar, lo acariciaba suavemente, casi como quien acaricia a su amante. Y, con estudiada lentitud, se aproximaba a su indefenso mártir.


Y entonces hundía el bisturí...


... En la piel sintética de su perfecto, maravilloso y detallista maniquí médico que tanto dinero le había costado.


Mientras cortaba, abría y evisceraba, pensaba en el maldito destino o la maldita genética o lo que fuera que le había convertido en el único maldito serial killer, con hematofobia y un estómago tan extremadamente delicado que ni tan siquiera podía entrar en una carnicería sin sentir ganas de vomitar.



Y así pasaba la noche, torturando a su caro muñeco y lamentándose entre dientes de su “cochina vida”.




25 comentarios:

  1. Qué gran suerte para sus víctimas no?
    :P

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  2. Carabiru: Puessss... sí. Sobre todo porque sus víctimas nunca se enteraban de nada :D

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  3. Como siempre un recreo a la buena lectura, nann. Un besote. =)

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  4. !!!Que bueno¡¡¡, que imaginación mas prodigiosa tienes chata.

    Besitos

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  5. Hay gente con mala suerte... Si lo sabre yo...

    Por cierto, te dije que tendrías que haber vuelto una semana después... pero venga, dónde ya sabes hay algo para ti... Aunque mucha sorpresa no creo que sea ya...

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  6. Hola guapa!
    Menudo serial killer que esta hecho. Si es que hay gente que se empeña en ser cosas que no ha nacido para ser.
    Hace poco me encontre una enfermera que le tenia miedo a la sangre, no fastidies! Es como si un carpintero tuviera alergia al serrin.
    Un besico, muac!

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  7. Juasss! Que buenoooo! Me parecía extraño que tú escribieras algo así...pero al llegar al final lo he visto todo claro! Buenísimo!

    Eso si...has conseguido que me asalte una gran duda...No se si sentir pena por el pobrecito serial killer que jamás podrá cumplir su sueño o alegrarme profundamente porque su condición de hemofóbico no le permita jamás hacerlo...ainsss! Jajajajajaja! (Es broma, eh! Me alegro, me alegro...me alegro un montón!)

    Besitos guapa!

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  8. Amos a ver: no tiene que limpiar la sangre, no tiene que deshacerse del cadaver, no tiene que ventilar la casa por el olor, no tiene que sufrir investigaciones policiales, si algun vecino se mete en el sotano por equivocacion supondra que tiene como hobby "la medicina" y lo vera tan bien que incluso lo considerara como buen partido para su hija...¡todo son ventajas! no se de que se queja.

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  9. Christian: Muchas gracias :)

    Barbie-funcionaria: Gracias, niña ;)

    Necio-Hutopo: Corro rauda y veloz (bueno, no muy veloz no sea que me rompa los dientes en el camino) a ver qué es esa sorpresa (me encantan las sorpresas... bueno, algunas sopresas... bueno, vale, sólo las buenas ;D).

    Cierzo: Hombre, lo de serial killer no se elige pero lo de enfermera sí y elegir esa profesión siendo hematofóbica es tener muy poca visión :D

    Martha: Naaa... ni pizca de pena. Que se fastidie por querer cargarse a la gente... hala... :D

    Beatriz: Jajajajajaja... oye, pues visto así tienes razón pero, ya ves, los hay que no se contentan nunca y, claro, él se siente taan frustrado por no poder matar gente... ;D

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  10. Pobre hombre, la verdad es que lo entiendo porque a mí me pasa algo parecido: sería la más grande estrella de rock de no ser por mi mala voz y la ineptitud para tocar un instrumento 8fallas genéticas). Besos

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  11. Esta vez no me ha gustado ese golpe de efecto del final. Bicos.

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  12. Hernán: Hombre, puestos a lamentar, lamento mucho más tu carrera musical frustrada que su carrera criminal frustrada :D.

    En cuanto a tu curiosidad del post anterior (por qué elegir justo el momento en que se arrodilla para librarse de la fe) fue quizás porque lo que de sumisión y "humillación" tiene ese acto de arrodillarse. Ese momento de total aceptación de un ser superior es, posiblemente, el mejor momento para que la fe desaparezca, para que se produzca una especie de "iluminación" pero a la inversa... (pufff... qué profundidades ;D)

    Álex: No puedo acertar siempre :P (¿Cómo va tu "éxtasis" particular"? ;)

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  13. Pues a mi me parece estupendo... ojala a todos los asesinos en serie ( o sin serie) les pasara igual!!

    Un besoteee

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  14. También podía haber tenido algo más de imaginación y convertirse en asesino sin torturas ni sangre de por medio. Por ejemplo: poniendo un restaurante donde una de cada docena de croquetas esté envenenada con un veneno indetectable, escribiendo libros soporíferos que mataran de aburrimiento a sus lectores, dando sustos por las esquinas a abuelitas delicadas del corazón... En fin, que todo se puede perfeccionar.

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  15. fiu....buen relato..alfilo de la butaca me tuviste...genial

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  16. ¡Vaya sorpresaaaaaa!, jajajaja el final ha sido estupendo, ¡me ha encantado!
    Besicos guapa

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  17. QUÉ GORE!
    y que miedito...imaginate ser tu, que divertido oye..

    Un saludo

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  18. jajajajaja ¡qué gilipollas!

    Me encanta.

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  19. Acoolgirl: ¡Ojalá! Así el problema lo tendrían ellos y no los demás :)

    Kotinussa: Bueno, como poder, podría haber intentado otras formas de matar pero se ve que hasta los serial killers se pueden obcecar en una cosa :D

    Tnf25: Gracias :)

    Nani: Me encanta cuando te encantan mis relatos ;)

    Tinutxi: Huys... gore... ¡qué más hubiera querido este "pobre" serial killer!... Mmmm... bueno, no, que igual se hubiera desmayado :D

    Tesa: Pero, además, de los profundos ¿eh? ;D

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  20. Gracias Nanny, pero cuidado, que un mal cantante de Rock puede ser un genocida del buen gusto musical.

    Y muchas gracias por la aclaración. Es evidente que dentro de tu cabeza hay aún más de lo que se vé. Besos

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  21. Vaya giro le diste al final!!! Explendido!!! Un relato muy bueno y muy Gótico...

    Y el pobre venga a practicar, venga a practicar. Como se ponga entratamiento y supere su fobia, estamos apañados!!

    Un beso

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  22. no mataba... pero no deja de ser aterrador...

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  23. El Hematofóbico recreaba su frustrada afición de una forma muy original...lo cierto que ya hay muñecos de distinto sexo, para calmar frustraciones o deseos que nunca se llegarán a relizar...puede ser quizás el mejor método de amortiguar esa incesante avalancha de asesinatos, violaciones, etc...La historia y la descripción ha tenido un desenlace inesperado...enhorabuena por la originalidad del relato....azpeitia

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  24. Ojalá siempre fueran muñecos. Un beso.

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  25. ¡¡¡¡Pobre maniquí!!!! Anda que morir así... snif!

    xD

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Yo ya he hablado demasiado, ahora te toca a ti...

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