viernes, 17 de julio de 2009

My summer

Y llegó el verano, con su calor y sus vacaciones y sus terrazas. Con sus piscinas y sus barbacoas y sus cervezas. Con sus chanclas, sus pantalones cortos y su olor a protector solar. Sí señor, llegó el señor verano con toda la parafernalia de todos los años.


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Mi calle está llena de nidos de golondrinas. Desde hace unos años, en cuanto llega el buen tiempo, el cielo se nos llena de estos pequeños pájaros y de sus cantos. Desde que amanece hasta el anochecer se las ve volar, a toda velocidad, como flechas atareadas. Arreglando nidos, buscando alimento, cuidando a sus polluelos. Yo tengo uno justo encima de la ventana del salón. Hay quien me ha dicho que los rompa para “librarme de esos bichos y su suciedad” pero es que yo no quiero librarme de ellas. Me gusta verlas ir y venir de su nido, me gusta oír sus trinos, me gusta escuchar el piar de sus crías, me gusta saber que las ciudades humanas también sirven de albergue a otras criaturas.


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La que no ha vuelto este año es la anciana que inspiró mi pequeño relato “El parque”. Este año no la he visto en su banco de siempre, con su bastón, con su libro o su revista, pasando las cálidas tardes de la primavera y el verano. Es extraño ver el banco -“su” banco- ocupado por otras personas. Es extraño no verla llegar, con lentitud, siempre en soledad. No me pregunto por qué no aparece, es fácil de imaginar. La vida sigue, siempre sigue, y poco le importa quien se va o quien llega...


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Es agradable sentarse en un banco del parque cuando la tarde cae y el calor comienza a remitir. Es agradable estar sentada entre árboles, trinos de pájaros y gritos infantiles mientras te sumerges en algún libro. Lástima que, la mayoría de los días, tenga que renunciar a ese placer y me vea obligada a socializar con la mamá de la mejorcísima amiga de la niña que también va al parque y que no se resiste a dos horas (como mínimo) de conversación incontinente. Si una no fuera así de educada o si me importara menos la vida social de mi enana, pensaría en colgarme un cartelito de “No molesten”... aunque dudo mucho que sirviera para algo.


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Debería estar quejándome del calor del verano pero hoy eso sería un contrasentido teniendo en cuenta que han bajado tanto las temperaturas que me estaba quedando entumecida de frío con mi camiseta sin mangas y mi estupendas, cómodas, fresquísimas y rojas chanclas. Así que dejo las quejas sobre el calor para otro día más apropiado.


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Necio-Hutopo ha adoptado una de mis ideas huérfanas (Piropos de jabón) y ha creado algo que -como todo lo suyo- merece la pena leer y hasta releer. Así que, cuando acabes aquí, date un paseo por su blog y lee, lee, que vas a disfrutar, te doy mi palabra.


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Y hasta aquí ha llegado este post soso y lánguido como el verano. Este post perezoso y absurdo como el estío. Hasta aquí llegan mis perezosos pensamientos, mis abúlicas ideas, mis indolentes reflexiones. El verano es lo que tiene: todo lo ralentiza, todo lo retarda. El verano es como una larga, larguísima siesta para la mente y es que, con el calor, uno se olvida hasta de cómo se piensa...





Indian Summer - The Doors







12 comentarios:

  1. No, no quites por nada del mundo los nidos de golondrinas, ni dejes que nadie te quite el gustazo de leer mientras juegan los niños, claro que tal vez sea mejor porque si te enfrascas en la lectura, puede que se te vaya el santo al cielo y los pierdas de vista.
    Es hermoso el verano.
    Tenía ganas de volver a leerte.
    Un abrazo muy grande Nanny. Otro para tu niña.
    PD: Me he abierto un blog para colgar fotos de niños y flores, si tienes fotos bonitas de tu niña, me las envías y te las pongo.
    http://albercainda.blogspot.com/
    Te espero.

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  2. Pues a mi me gustan tus perezosos pensamientos del verano. ¡Qué delicia sentarse en un banco, sin prisas y observar alrededor, las personas que pasan, los perros, pajaros....y todo aquello que forma nuestro entorno!. Para mi es uno de mis "vicios" favoritos. Besos y feliz sábado

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  3. Anda, con publicidad y todo... Que a gusto.

    Pues que la canícula te trate mejor que como hasta ahora...

    Abrazos de lejecitos que, con el calor, el contacto físico no siempre sienta bien.

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  4. Tienes mucha razón, eso de oír a los pájaritos cantar. Ellos nos alegran la vida, y la hacen de mejor pasar.

    Cuando tu estás leyendo no falta, quien te interrumpe, me ha pasado. El parque es un lugar favorito, para caminar, leer. Disfrutar de los atardeceres. Aaah!... que pasé luego este frio... Y llegué esa estación...

    Besitos, Nanny!!

    PD: Pronto visitaré ese blogs...

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  5. Entiendo lo del cartel, pero también lo olvido por educación.

    Que disfrutes mucho tu verano, yis golondrinas, tus libros, tu niña, y hasta las interminables conversaciones de la madre de su mejorcísima amiga.

    Un beso

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  6. Que bien se disfruta de la vida leyendote en compañia de una limonada (o tal vez granizada).
    ¡A tu salud por supuesto! y a la del verano

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  7. Pues si, en verano debería dársenos el gusto de no pensar y descansar la mente constantemente... Pero claro, la vida sigue (también en verano) y hay que trabajar, hacer tareas...

    Un besazooo y espero que la mujer del banco esté bien, allá donde esté :)

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  8. Pinceladas veraniegas.
    A mí me gusta el verano, aunque no salga de casa, aunque no haga nada especial. Me gusta toda esta luz... tantas horas. Me gusta el calor, lo prefiero al frío. Me gusta poder ir vestida con poca cosa, ligera.
    Pasear a última hora de la tarde, tomar algo fresquito en alguna terraza.
    Antes vivía en un pueblo, en una casa con jardín. Al atardecer se veían todas las golondrinas cazando mosquitos al vuelo y dando pasadas hasta acomodarse para dormir. Y vencejos, que son parecidos, sobretodo alrededor de la iglesia.
    Se pasa rápido el verano, hay que disfrutarlo.

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  9. Que bonito paisaje... es cierto... huele a verano...

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  10. ¡Qué suerte! Mi calle parece el escenario resultante de un desastre nuclear. Es una calle estrecha pero muy larga del casco antiguo de la ciudad y está levantada de punta a cabo. A las siete de la mañana empieza la sinfonía de excavadoras, taladradoras y demás. Están cambiando las tuberías, y desde hace dos semanas hay, justo delante de mi puerta, un profundo hoyo lleno de agua estancada que parece ser el responsable del cariño repentino que los mosquitos le han cogido a mi casa. Tengo el cuerpo como un mapa.

    Desde hace un mes resulta imposible entrar o salir de mi casa con un paquete grande, un carro de la compra o algo así. El miércoles temprano tengo que salir con una enorme maleta rígida y, como los obreros son muchachos simpáticos, les tendré que pedir que me la lleven hasta la esquina.

    Luego vendrá el adoquinado, con ese polvillo que queda flotando durante semanas, resultante de la lechada que echan entre los adoquines.

    En fin, un paraíso.

    Besos.

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  11. De soso nada , a mí me ha gustado muchísimo, así que no vuelvas a decir que es soso ¿vale? o_-

    Besotes guapísimaaaaaaaa

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  12. Abúlica, perezosa e indolente ... Ayyy, qué envidia. También yo me siento así (¡qué mal me sienta el calor!) pero no me dejan.

    Eso sí, creo que ni por los progresos de la sociabilidad de mi niña sería capaz de soportar dos horas de charla incontinente. Un beso.

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Yo ya he hablado demasiado, ahora te toca a ti...

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