jueves, 13 de enero de 2022

Pensadlo bien

 

Nichole es una amiga y compañera de mi hija. Padece lupus y ha decido escribir un libro sobre su vida y su enfermedad y necesita reunir 2.150 euros para que se lo publiquen. Os dejo aquí la web del crowdfunding, por si queréis (y podéis) echarle una mano en este sueño:

https://www.canariasebook.com/plataforma-de-crowdfunding/proyectos/a-traves-de-mis-ojos/?fbclid=IwAR0DB7SEIIOTHnSLR-jqsL5yQVjwb3e8LzeOXd9FXX_l8MZKagZ9zN_BIlM


Y ya, sin más, os dejo aquí el micro de hoy, un resto de Navidad que me quedó por ahí:


Pensadlo bien porque no lo habéis pensado.
Pensad, detenidamente, durante un minuto en Santa Claus, Papá Noel o cómo queráis llamarlo. 
Pensad bien en ello.
Un hombre con un saco que se cuela en vuestra casa de noche, cuando todos duermen.
Advertís a los niños de que no deben verlo bajo ninguna circunstancia... Y os quedáis tan tranquilos. 
Pensadlo detenidamente porque no sabéis lo que invocáis  e invitáis cada año a vuestros hogares.
No tenéis la menor idea de lo que pasa con esos niños que, curiosos, aguantan despiertos y dispuestos a ver a ese ser mítico y mágico. 
No os imagináis el horror de sus caritas cuando, en lugar de la sonrisa bonachona y la risa contagiosa, se encuentran ante un rostro de oscura maldad y un saco que no se abre para entregarles juguetes sino para engullirlos y llevarlos a lugares que no queréis conocer.
No tenéis la menor idea de lo que ocurre con ellos ni la tendréis jamás, porque, a la mañana siguiente, nadie, absolutamente nadie, les recuerda, ni les llora, ni les añora porque cuando la negrura de ese saco los devora y los envía  a sufrir torturas que no queréis imaginar, se borra cualquier rastro de su existencia.
A menos que un día, sin saber cómo, encontréis un pequeño jersey rosa con olor a colonia infantil y el corazón os dé un pinchazo de dolor y no sepáis por qué...
Pensad, detenidamente, durante un minuto en Santa Claus, Papá Noel o cómo queráis llamarlo. 
Pensad bien en ello y luego rezad para que vuestros hijos no sean demasiado curiosos.



  Mi madre tenía una figura de San Pancracio con su correspondiente ramita de perejil mustia y, la mayor parte del tiempo, castigado de espa...