Nota
Se sienta ante el papel dispuesta a verter sobre él toda la pena, toda la rabia, todo el dolor que atenaza su corazón al punto de casi detener sus latidos.
Las palabras se agolpan en su cabeza, cada vez más densas y pesadas, apretadas unas contra otras, atemorizadas por el intenso dolor que las rodeaba.
La pena no ceja, la congoja no flaquea, las palabras se empujan, se densan, se condensan y, finalmente, se licuan transformándose en un río de lágrimas, en una enérgica corriente que arrastra y limpia el alma adolorida.
De su pluma nada sale, el papel queda en blanco.
Ella se marcha dejando la húmeda nota sobre la mesa.
Él no necesitó palabras para entender el mensaje de aquella nota.
Llanto
Aquel escritor estaba tan lleno de palabras, tan rebosante de vocablos, que, cuando lloraba, ya fuera de alegría o de tristeza, de emoción o de dolor, sus ojos no derramaban lágrimas sino verbos, sustantivos o adjetivos que él luego unía y transformaba en historias.
Dolores, me fascina tu escritura, me gustaría dejar una nota como la que describes, sin palabras, con algo tan significativo como las lágrimas de tu protagonista para agradecerte tan bella lectura.
ResponderEliminar¡Un abrazo compañera!
una lágrima es el mas breve y contundente mensaje... que muchas veces solo puede ser comprendido a través de verbos, sustantivos y adjetivos
ResponderEliminarCada uno llora a su manera, pero todos lloramos! Es muy bueno Dolo, un abrazo
ResponderEliminarBreve ,sentido puro y lindo,gracias por escribir así, besos!
ResponderEliminarEn cada palabra va un sentimiento. Un beso.
ResponderEliminarSorprendente
ResponderEliminarMe gusto mucho tu escritura, exelente trabajo.
ResponderEliminarLogras lo más difícil: decir tanto con tan poco. Dos micros extraordinarios.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy buen texto, me ha gustado. El blanco de la página, la inspiración. El Verbo por encima de todo.
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