Ernesto no le dio mucha importancia a la pérdida de un par de minutos al día. Luego pasaron a ser dos o tres horas diarias y empezó a preocuparse, pero no lo suficiente. Pasado un tiempo las pérdidas aumentaron a varios días y entonces quiso investigar por dónde y h acia dónde se le estaba escapando el tiempo. Cuando pasó a perder semanas, la preocupación se volvió terror. El día que descubrió que ese tiempo que él creía perder era vivido por otro, el terror se volvió rabia y frustración.
“El otro”, como él lo llamó, había decidido escribir un diario y dejarlo donde Ernesto pudiera encontrarlo con la idea de que saber qué ocurría con su tiempo perdido le seriviría de consuelo. Pero el efecto que tuvo en Ernesto, siempre posesivo y celoso de lo suyo fue justamente el opuesto. Sin lugar a dudas la vida de “el otro” era mucho más intensa, interesante y feliz que la suya pero eso no justificaba el robo de su tiempo, pensó Ernesto. Esos minutos, días y años eran suyos y nadie tenía derecho a robárselos.
En el mismo diario que “el otro” le había dejado decidió conminarle a devolverle cada uno de los segundos de los que le había despojado.
“El otro”, por supuesto, hizo caso omiso a su petición.
De modo que Ernesto decidió acabar con esa historia de la única forma que podía. Tras leer en el diario la negativa del “otro” a devolverle lo que era suyo, Ernesto tomó una pistola, apuntó a la cabeza y disparó.
Días después “el otro” despertó en el hospital con el cráneo vendado, una leve sonrisa y toda una vida por delante.
Tremendo. Qué bien has reflejado una situación que a todos se nos repite....ese tiempo que se nos escapa...Me ha encantado. Besos
ResponderEliminarCoincido con mi antecesor, tremendo
ResponderEliminarmuy bueno.......... el tiempo... se nos escapa, cada vez más rápido
ResponderEliminartodo se repite más después que antes,el tiempo hay que ir solapándolo para pillarlo.
ResponderEliminarel tiempo solo es humo, y más humo; en el que hay que saber flotar y divertirse.
ResponderEliminarExcelente juego de espejos, vayan mis felicitaciones!
ResponderEliminarUn abrazo desde Buenos Aires.
Humberto.
Es terrible. Yo a veces también pienso que alguien me roba tiempo.;) Un beso.
ResponderEliminarNo se no escapa nada...vivimos conforme queremos o nos dejan...nadie vive la vida por nosostros...cada cual vive la suya.
ResponderEliminarUn saludo y muy bueno
Nanny: Estos son los cuentos que me dejan con las ganas de seguir leyendo. Me encantaría una versión extendida.
ResponderEliminara veces creo que cuando nos detenemos un momento a descasnsar de la rutina, uno puede darse cuenta que fué el propio ladrón de su tiempo o al menos que ha gastado parte de él en cosas que no lo valían. Besos
Hay gente así... Sonsa (por no poner palabras más fuertes en horario de protección al menor)
ResponderEliminarBRAVO!!!!! me enacanto, es que vi la sonrisilla del Otro!!!
ResponderEliminarMagnífico, impactante e inquietante relato. Menos mal que lo he leído. Sentía un impulso de comprar un diario...Creo que no lo haré, no vaya a ser que...
ResponderEliminarIncido en mis primeras palabras, magnifico relato. Menos mal que he encontrado unos minutos perdidos para acercarme a leerlo.
Besos y abrazos.
que gusto da leerte. y no sé por qué no lo hago más a menudo.
ResponderEliminarbesos
Es buenísimo, en serio. Me ha encantado.
ResponderEliminarbiquiños.,
Muy bueno, el juego del tiempo, de los espejos de Borges.
ResponderEliminarBenísimo relato. ¿Pero contra quién disparó el uno o el otro?. Me acuerdo de la película de Claude Lelouch "Los unos y los otros". ¿Somos uno, unos o los otros?
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