jueves, 26 de noviembre de 2020

En corto

 

Antirrobo


Al llegar a casa, Alfredo saca su ojo derecho del pequeño y elegante estuche plateado en que lo guarda en compañía de su ojo izquierdo y lo aproxima a la cerradura que, con un suave clic, se abre dejando libre el paso hacia el hogar. Le había costado mucho tiempo y dinero encontrar a un cirujano dispuesto a extirpar sus ojos biológicos y cambiarlos por unos cibernéticos, pero tanto la espera como el desembolso habían merecido la pena a cambio de la paz que le proporcionaba saber que nadie se iba a molestar en asesinarlo para arrancarle los ojos y entrar en sus propiedades a robar.


Suicidio

Entró en la cabina de suicidio con paso resuelto. Había tomado la decisión seis meses atrás, pero antes de dar el paso definitivo había querido despedirse de todos y de todo con pausa, saboreando cada última cosa que hacía, disfrutando de todo lo que le había hecho disfrutar y sonriendo aliviado ante todo lo que dejaría de ser motivo de sufrimiento. 
Y allí estaba al fin, preparado para dar el salto definitivo que lo alejaría de aquel mundo que lo había llevado al más profundo hastío.
Se tumbó en la camilla y, desde las alturas, una voz preguntó:
—¿Está seguro de su decisión?
—-Sí.
—¿Es plenamente consciente de que el proceso es irreversible?
—Sí, sí, he sido informado de todo.
—Bien, en ese caso. Relájese, todo acabará en un instante. Una pequeña inyección, una mínima incisión y antes de que se dé cuenta le habremos extraído el chip que lo mantiene conectado permanentemente a internet.



2 comentarios:

  1. Increíble, increíble. Es que contigo es imposible charlar, solo salen ese tipo adjetivos.
    Estos testimonios te dejan perpleja, aún sabiendo que algo diferente "romperá" el relato. Y de ahí tu tremenda imaginación para sorprender siempre.
    Está vez no pude el miércoles, porque se accidento una amiga y no entré.
    Pero son testimonios para no perder.
    Gracias
    Abrazos

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    1. Tú sí que me dejas a mí sin palabras, menuda escritora estoy hecha :D

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Yo ya he hablado demasiado, ahora te toca a ti...

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